Redacción. suiteinformación. Alvaro Filgueira.- En estos últimos tiempos tienen raíz acontecimientos que están provocando un cambio del planeta y afectando de manera directa al ser humano ya que tienen como consecuencia una forma de vida diferente, puesto que actualmente para la gran mayoría vivir implica ciertas necesidades que no solo son las básicas, sino las que una sociedad “avanzada” ha impuesto como necesarias para alcanzar la felicidad.
El ser humano para vivir en un principio sólo necesitaba alimento y cobijo del frío de los largos inviernos, pero hoy en día sus necesidades han aumentado a medida que “evolucionaba”, lo que le ha llevado a tener que realizar actividades y procesos de producción que le proporcionasen ese algo que era primario para sobrevivir, pero que ya no es tan simple y llano, sino que es un alimento cada vez más completo, variado y casi un arte; el abrigo de la ropa pero mucho más sofisticada y a la moda que las grandes marcas imponen y un cobijo pero como un concepto más amplio, que podríamos denominar hogar, aunque el término tiene connotaciones o un significado más complejo que el simple cobijo de una cabaña o casa de antaño.
Podríamos decir que él ser humano siempre aspirara a ir escalando los peldaños de la pirámide de Maslow.
Esta misma mañana leía un artículo donde explicaba que para producir una batería para un coche eléctrico se gastan tal cantidad de recursos que producen más CO2 que el que se ahorraría con el uso de dicha batería. Desconozco la veracidad de esto ya que no soy un científico ni tengo los conocimientos para pronunciarme en un sentido u otro, pero me resulta extraño que se apueste por la energía eléctrica como recurso principal si para producirla genéranos mas CO2, que es el causante del cambio climático que está afectando a nuestro planeta en forma de catástrofes que tantos problemas causan a nuestra forma de vivir o que tantas vidas se cobra.
Vivimos momentos en que una guerra, la invasión de Rusia a Ucrania, que a pesar de producirse muchas otras durante el siglo XX (Vietnam, Corea, Pakistan, Yugoslavia, etc. y otras en África y Oriente Medio) y que han afectado en cierta medida la vida social y económica del denominado primer mundo, pero no como está última. La intensidad y cantidad de los efectos de la invasión Rusia de Ucrania lo ha alterado todo, más que cualquier otra, casi comparable a la II Guerra Mundial, sobre todo a Europa que ha pasado de verse como una potencia mundial, a reflejarse como lo que en realidad era, una alianza sobre todo económica de países con muchos problemas internos y muy dependiente de un país que en teoría era el mayor enemigo de una sociedad justa, moderna y democrática.
Sufrimos escasez de alimentos y materias primas, una crisis económica con unos índices que no se producían desde hace 40 años, inflaciones que rondan el 10% en muchos países y en otros los superan, una subida de tipos de interés que está en la primera fase de una escalada que amenaza con subir mucho más, tanto que los mercados financieros están empezando a sufrir vértigo.
Europa ha comenzado a aprobar políticas de restricciones en aspectos de calidad de vida y actividad económica que nadie se imaginaba y mucho menos esperaba.
Ha empezado España y le ha seguido Alemania, la locomotora de Europa, que incluso ha recuperado el carbón como materia prima. También Inglaterra o Reino Unido, que de unido tiene menos que España, está en un nuevo proceso de cambios sociales y económicos que se han visto muy agraviados con esta guerra.
Y todo esto está orquestado por quienes desde la II guerra Mundial mueven la batuta, USA; que no rehuye los conflictos pero los quiere lejos de sus fronteras, y Rusia o la URSS (aunque esto tampoco es lo que era). El primero porque se cree el guardián del mundo y el protector del bien sobre el mal, y el segundo porque no acepta el papel del primero y defiende lo que también ansía, que es imponer su visión de lo que es un mundo perfecto.
Pero la orquesta mundial ha evolucionado para ensayar nuevas músicas que han ido componiendo elefantes dormidos qué han empezado a despertar y a querer mover también la batuta con el fin de bailar otros ritmos diferentes, siendo China el exponente principal, pero no debemos dejar de lado a otros como India, y así la orquesta toca desentonando más que nunca al entrar en escena para dirigirla más batutas que antes.
El mundo así orquestado en vez de ir a mejor irá a peor, a no ser que se compongan nuevas letras, más acompasadas y todos afinados toquen a una.
Porque si no está orquesta puede corear terremotos de aleluyas o explosionar en un final apoteósico que nadie piensa ni quiere que se produzca, pero que su presencia siempre está ahí amenazándonos.
Por eso yo si el mundo sigue girando así, quiero que se pare y bajarme, como decía el
humorista e historietista Quino, por boca de Mafalda.