— Xavi Altamirano (@altamirano_xavi) August 24, 2022
ECOS DE LA FERIA DE MÁLAGA
Por Alberto López.– La Feria de Málaga 2022 finalizó con un incremento de cifras de ingresos y asistentes sobre ediciones anteriores. Lo cierto es que es una feria singular, diferente a las del resto de Andalucía. No vamos a juzgar si mejor o peor. Eso corresponde a cada lector. Lo que sí
debemos contar es lo que el visitante se puede encontrar en esta feria tan particular.
Si bien la Feria de Día (o Feria del Centro) está en declive, aún se adivinan restos de lo que -no hace tanto- ofrecía a los viandantes. Porque lejos de sus orígenes, la zona de calle Larios y adyacentes es un continuo trasiego de gente en busca de locales engalanados con motivos feriales que ofertan promociones especiales para la ocasión. Sin olvidar los conciertos callejeros, ni los botellones que esporádicamente (y en exceso, todo hay que decirlo) se forman.


Pero donde radica el éxito de la feria malagueña se sitúa en el real del Cortijo de Torres,
recinto en el que se instalan las casi doscientas casetas que gozan de la licencia municipal
correspondiente. Aquí encontramos todo tipo de locales: peñas, bares, restaurantes, pubs y
discotecas. Sí, han leído bien: discotecas. O salas de bailes, según el gusto del lector.
Por eso, la feria de Málaga es distinta. Mientras en otras, la totalidad de las casetas ofrecen
ofertas muy similares (cante, baile e idénticos menús), el ferial malagueño presenta diversidad de opciones para el ocio. De esta manera, se rompe con una vieja costumbre de las ferias andaluzas: en el real malagueño se puede comer bien, productos de calidad, al igual que en los restaurantes más afamados de la costa.
Por lo visto y constatado, destacan casetas como la de LOS MELLIZOS, a mitad de la calle
“oficial”, donde se levantan todas las casetas institucionales. Allí se puede degustar una selecta variedad de pescados y mariscos frescos, con la misma calidad, limpieza y comodidad que se pueden probar en todos sus establecimientos de la costa del sol. Prueba de lo dicho fue -durante la noche del pasado jueves 19- la visita del Alcalde, el amigo Paco de la Torre, que no quiso perderse los atractivos de esta caseta, disfrutando con los presentes, para ejemplo de sus vecinos y visitantes. Por algo sería…
¡Larga vida a la Feria de Málaga!