Suite Información. Pedro Ignacio Altamirano. Málaga, 7 septiembre 2023.- Niños soldados. Si la palabra soldado va en contra de la razón humana, por lo que de violencia que significa, si además va acompañada de la palabra niños, se convierte en intolerable e inhumano. Tan inhumanos como los responsables que comenten tal crimen contra la infancia.
A escasos kilómetros de España, en pleno desierto argelino, una banda armada conocida como Frente Polisario, que asesinó de forma impune a trabajadores españoles, amenaza y atenta con absoluta impunidad en España a todo aquel que se atreve a denunciar sus tácticas mafiosas-terrorista, tiene abierta y operativa, una de las más activas academia para niños soldados y terroristas.
Niños soldados en los campos de la vergüenza de Tinduf
Todos miran hacia otro lado porque la banda armada está bajo la indecente protección del régimen militar argelino, ese que reparte a capricho el gas entre los que les cae en gracia o desgracia. Un régimen que no es capaz de respetar los mínimos derechos de sus ciudadanos, cómo les va a importar los derechos de unos niños secuestrados en un indecente campamento desértico.
Lo más grave es que, además, las Naciones Unidas realiza permanentes llamados a través de resoluciones del Consejo de Seguridad sobre las condiciones de vida en los campos a pesar de la multimillonaria ayuda humanitaria internacional que reciben, de forma especial para la infancia. Ayuda económica que en vez de ser empleada en sanidad o educación, se utiliza para la compra de armas, y mantener a cuerpo de reyes a los dirigentes de la banda y sus familiares en España y Europa.
Una vergüenza inhumana que afecta a todo el mundo. Son muchos los conflictos donde los niños son usados para la guerra. Bandas organizadas que entran en los pueblos y secuestran a punta de fusil de asalto a los niños y niñas ante el terror e impotencia de sus madres. Niños que son usados para enviarlos al frente y las niñas usadas como esclavas sexuales para satisfacer los insaciables señores de la guerra y sus seguidores más cercanos.
El Sahel
Entre ellos destacamos las bandas terroristas, por lo cercano, que deambulan por el Sahel y que se nutren del mismo modo, secuestrando niños, o bien recurrir a la academia de Tinduf, donde adquieren a buen precio, niños ya entrenados. No obstante, si profundizamos en las bandas armadas, siempre encontraremos a algún jefe surgido de los campos de Tinduf. Una indecencia en todos los aspectos.
Derechos de la infancia
Hay que recordar que Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada el 20 de noviembre de 1989, en su artículo 38 en su punto uno dice “Los Estados Parte se comprometen a respetar y velar por que se respeten las normas del derecho internacional humanitario que les sean aplicables en los conflictos armados y que sean pertinentes para el niño”, en el punto dos “Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar que las personas que aún no hayan cumplido los 15 años de edad no participen directamente en las hostilidades”.
En el punto tres “ Los Estados Parte se abstendrán de reclutar en las fuerzas armadas a las personas que no hayan cumplido los 15 años de edad. Si reclutan personas que hayan cumplido 15 años, pero que sean menores de 18, los Estados Parte procurarán dar prioridad a los de más edad”, en su punto cuarto dice “De conformidad con las obligaciones emanada del derecho internacional humanitario de proteger a la población civil durante los conflictos armados, los Estados Parte adoptarán todas las medidas posibles para asegurar la protección y el cuidado de los niños afectados por un conflicto armado”.

Del mismo modo en su artículo 39 ahonda en los derechos al pedir que “Los Estados Parte adoptarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y psicológica y la reintegración social de todo niño víctima de: cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos armados. Esa recuperación y reintegración se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño”.
Convención sobre los Derechos del Niño, que como otras tantas, se quedan en eso, en textos imposibles de cumplir cuando de quienes depende su cumplimiento, son bandas armadas organizadas y protegidas por estados fallidos, porque todo Estado que no cumple con las cartas internacionales son, en realidad, fallidos como Estados y como sociedad.
Este es sólo un recuerdo para aquellos que creen que los terroristas del Polisario son unos santos que dirigen una asociación deportiva benéfica en vez de unos terroristas que asesinan a sus disidentes, violan a sus mujeres y usan a sus niños para la guerra. Una violación flagrante de los derechos de la infancia a la que se ayuda, cada vez que una administración española o asociación aporta un solo euro para mantener a la banda armada.
El necesario cambio social
Para colmo, su no fuese bastante horror, la formación SUMAR se suma, de forma estelar, a aquellos que apoyan a la banda armada del Polisario, al llevar al Congreso de los Diputados a una señora de nombre Tesh Sidi, que además miente en todo. No es la primera miembro de una tribu saharaui en el Congreso, se le olvida todos los representantes de tribus que ya formaron parte del Congreso cuando el Sáhara marroquí era colonia española.
Miente cuando hace referencia al inexistente “pueblo saharaui” y digo que miente, porque ella como saharaui que dice ser, sabe, mejor que nadie que no existe ningún pueblo saharaui, sino tribus autóctonas saharauis que es muy distinto, y bien haría en hablar en nombre propio, o con el permiso de la Asamblea, en nombre de su tribu, pero nunca en nombre de ningún pueblo.
Oculta y silencia, por lo que es cómplice, del genocidio que supone la utilización de los niños de Tinduf para la guerra y las niñas como esclavas sexuales. Le recomendaría a Tesh Sidi que hablara con Jadiyetu Mohamud, mujer violada por el líder polisario Brahim Ghali, para pedirle disculpas por tal violación.
La sociedad española no puede seguir, ni un minuto más, mirando hacia otro lado con esta aberración contra la infancia, y ni mucho menos, seguir apoyando a la banda armada del Polisario.
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