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Luis de Córdova y Córdova (Sevilla, 8 de febrero de 1706 – San Fernando (Cádiz), 29 de julio de 1796) sus restos en el Panteón de Marinos Ilustres de la Isla de León (hoy San Fernando fue un marino y militar español del siglo XVIII, 2.º Capitán General de la Real Armada Española En 1735 ascendió a teniente de navío y en agosto de 1740 a capitán de fragata. Este mismo año tomó parte en las luchas contra los piratas argelinos en el Mediterráneo. Fue nombrado capitán de navío en 1747, y al mando del navío América, en unión con el Dragón (ambos de 60 cañones), a las órdenes de Pedro Fitz-James Stuart (después marqués de San Leonardo), trabaron combate cerca del cabo de San Vicente contra los navíos argelinos Danzik (60 cañones) y Castillo Nuevo (54), el primero capitana de Argel.

El Castillo Nuevo se retiró a las primeras descargas, pero el Danzik siguió combatiendo cerca de 30 horas en el espacio de cuatro días, hasta perder la mitad de su dotación. Hecho una criba arrió su bandera y hubo que quemarlo al no poderse utilizar. Se rescataron cincuenta cautivos cristianos. Por esta acción concedió el rey Fernando VI a Córdoba una encomienda de la Orden de Calatrava. Mandando Córdova la misma escuadra combinada y sobre el cabo de Santa María, el 9 de agosto de 1780, con 27 navíos a su mando, apresó un rico convoy británico de 57 fragatas cargadas para el ejército inglés en Norteamérica y la India, escoltado por tres fragatas de guerra que pasaron a la Marina Real de España con los nombres de Colón, Santa Balbina y Santa Paula. Este golpe logístico ha quedado como el mayor sufrido en toda la historia por la Royal Navy: capturó uno de los más grandes y ricos convoyes que partió jamás de Portsmouth. Córdoba hizo aquel día 3.000 prisioneros de las dotaciones, más 1800 soldados de las compañías reales de las Indias Orientales y Occidentales Pese a la persecución de que fue objeto por parte de las fuerzas navales enemigas, que constituían la protección más lejana del convoy, logró conducir sus presas a Cádiz, lo que tuvo gran eco en la prensa de la época y le convirtió en un héroe del momento.
En la campaña de 1781, asimismo en el canal de la Mancha, sufrió la escuadra violentos temporales sin experimentar descalabros y males de consideración, gracias a las acertadas disposiciones que tomó el general Córdova secundado por su mayor general José de Mazarredo. En dicha campaña también le cupo el éxito de apresar otro convoy británico de 24 barcos y llevarlo a Brest.

