Manuel Recio Abad. Suite Información.- Que gran patrón tiene mi querida ciudad de Marbella en el apóstol chipriota San Bernabé. Ahora se anda celebrando la feria en su honor y este no quiso perderse la extraordinaria corrida de toros que Miguel Báez “Litri”, Fermín e Ivan Bohorquez habían organizado. Hay que felicitarlos por hacer que el coso marbellí vuelva a brillar y ser escenario de aquellas tardes gloriosas protagonizadas por las grandes figuras del toreo de las décadas de los años sesenta y setenta del pasado siglo.
Ayer asistimos a una gran tarde de toros. Julian López “El Juli” no sólo no defraudó como ganadero, sino que además pasó a los anales de la tauromaquia al indultarse ni más ni menos que tres de sus pupilos.
La terna estaba formada por José María Manzanares, Alejandro Talavante y Saúl Jiménez Fortes. La corrida, en su justo peso y trapío, permitió a los diestros torear a gusto para deleitar a los asistentes y a quienes pudieron seguir el espectáculo en directo y abierto a través de las cámaras de Canal Sur.
El hierro de El Freixo de procedencia Jandilla es garantía de triunfo siempre que sus productos salten al ruedo en su peso. Eso fue lo que ocurrió ayer. Con cien kilos más es probable que asistiésemos a una más de esas tardes tediosas en las que los toros se paran en la faena de muleta porque su obesidad no les deja respirar. De los seis componentes del encierro, primero y último, ambos coloraos ojo de perdiz, estuvieron fuera del excepcional juego que ofrecieron sus hermanos.
Manzanares se encontró en su primero un buen toro, noble pero sin transmisión. Al diestro se le notó algo serio y mayestático, frío pero con mando. Mató como suele hacer y cobró una oreja. Talavante realizó dos buenas faenas en su línea, con algo de tremendismo, sobre todo en su segundo. Sus dos oponentes, “Comprendido” y “Cortesano”, fueron indultados paseando las cuatro orejas y dos rabos. En su segunda vuelta al ruedo fue acompañado por el ganadero.
José María Manzanares en el cuarto, de nombre “Pajarito”, desplegó un toreo soberbio, elegante, templado y recordando la forma de sentir y hacer el toreo diferente de su progenitor. En varias tandas de derechazos desplegó su repertorio medido y de exacta colocación. Al natural bajo la mano al límite embarcando las embestidas y llevándolo en redondo dándole salida con un extraordinario juego de muñeca. El público pidió el indulto para el toro que fue concedido por el presidente sin necesidad de hacerse de rogar.
Fortes hizo dos faenas en las que demostró su conocimiento y buen hacer. Hace un toreo erguido, con mando y temple, poderoso y en su segundo demostró valor a raudales en cada pase ante un peligroso y mirón ejemplar de Él Freixo al que cortó, al igual que a su primero, las dos orejas. Destacar la labor de las cuadrillas en la lidia de los seis toros, especialmente resaltar la labor de los picadores.
Una extraordinaria y excepcional tarde de toros, con un total de once orejas, tres rabos, en la que fueron indultados tres toros y que sin lugar a dudas aportará interés en el público aficionado por acudir a los próximos festejos anunciados durante la temporada de verano.