Manuel Recio Abad. Suite Información.– La Constitución del 78 tenía, con su aprobación, la misión fundamental a través de la voluntad de los miembros de la comisión constituyente, de traer la democracia. Pero había que contentar a todos y eso se ha demostrado que es imposible. Esa es la impresión que empezamos a tener un buen número de los nacidos en esta piel de toro.
El tiempo pasa y es algo inexorable para lo bueno y también para lo peor. La historia es la encargada de relatar y juzgar todos los hechos que se van sucediendo. Dentro de unos años la legislatura y media o las dos, aún no se puede saber, del gobierno presidido por Pedro Sánchez , será tratada con dureza, explicándose que unos desaprensivos se hicieron con el poder desde un partido político en malas condiciones y sólo será un paréntesis de unos seis u ocho años en la historia de España. Fuerza, paciencia y constancia componen la mejor receta para este lunar tan pasajero como lo ha sido todo lo negativo anteriormente acaecido.
Los dos grandes partidos políticos alternantes sólo parecen mirar, vivir y trabajar buscando su propia subsistencia y para ello tienen que tocar poder. Poder y presupuesto, dinero público que parece no tener dueño pero que en realidad nos pertenece a todos. Calcule el lector sólo lo que paga de IVA anualmente…
Esos dos grandes partidos de poder omnímodo e incontrolable, una vez que se alzan victoriosos en las urnas o en el parlamento, generan con sus acciones demasiada desconfianza. Pero sin embargo reciben votos cautivos a millares. Esos votos apoyan, permiten y alientan la corrupción sistémica que nos azota. Solo hay que repasar los casos que se dirimen en los tribunales de justicia actualmente. Datos y cifras sitúan a los socialistas como el partido más asediado por los casos de enriquecimiento ilícito de muchos de sus cargos, desde el comienzo de la democracia en nuestro país.
En relación al Partido Popular , el próximo mes de noviembre se cerrará por fin ese largo proceso judicial que ha investigado una década de corrupción del caso Gürtel, entre 1999 y 2009. Se juzgará a Francisco Correa y a varios abogados que dieron cobertura legal a la trama, acusados de fraude fiscal, blanqueo, falsedad documental y asociación ilícita. Les acompañará en el banquillo Pablo Crespo, ex secretario de Organización del PP de Galicia, considerado lugarteniente de Correa.
¿Cómo se puede creer o soñar en un futuro mejor para España con estas dos formaciones políticas en liza?. Los causas judiciales que por casos de corrupción afectan al PSOE superan el centenar.
¿Tenemos que acostumbrarnos a ver esto como normal?. ¿Cómo se expresan aquellos representantes políticos de la ciudadanía honestos sobre está indeseable situación?
Mientras tanto los medios nos bombardean con noticias como esta del diario El Mundo: “Chivite dio 76 millones a la empresa de Santos Cerdán gracias a un informe irregular del Ministerio de Transportes de Óscar Puente” o está otra: “Chivite otorgó a una obra de la trama medio millón más que el Gobierno anterior había negado”. Vaya con Chivite. ¿Y no pasa nada? ¿Hasta cuando hay que soportar esta situación?
La corrupción política unida al proceso de balcanización o intento de desmembración del suelo patrio que hoy sufrimos, exige la intervención no ya sólo de los tribunales de justicia, sino que además se hace cada vez más necesaria la del Jefe del Estado, quien actúa públicamente queriendo dar una impresión de normalidad, a todas luces hoy inexistente.
Majestad: póngase las pilas, mírese en su augusto padre, llame al pan, pan y al vino, vino e intervenga ya en evitación de un mayor deterioro de nuestra sociedad y de su imagen; solicite al actual presidente del gobierno que ordene la disolución de Las Cortes y la convocatoria de Elecciones Generales. Todos tenemos el derecho a expresar nuestra voluntad a través de unos comicios y la obligación de participar en ellos.
No hay tiempo que perder.