VIDAS PRIVADAS
por : David Espriu
davide@mkrp.es
El elegante piano de cola guarda un silencio respetuoso. Patricia Guirado se sienta con una tranquilidad que contradice sus 26 años y la dualidad de su vida. Sus ojos azules, de marcada forma almendrada, son el primer dato de un currículum que incluye series de Netflix y temarios de oposiciones.
David: Patricia, bienvenida. Empecemos por el principio. Naciste en Albacete, pero fuiste criada en Madrid. ¿Fue en la capital donde nació tu vocación por la interpretación?
Patricia: Así es. Albacete es mi cuna, pero Madrid es el escenario donde todo comenzó. Fue allí, viendo teatro y cine, donde supe que quería contar historias.
David: Esos ojos se han convertido en tu seña de identidad. En un mundo como el audiovisual, donde a veces se encasilla mucho, ¿han sido una limitación o una ventaja?
Patricia: (Sonríe con inteligencia) Al principio, era la «chica de los ojos». Pero aprendí que un rasgo distintivo es un arma de doble filo: te hace memorable, pero el reto es que se memoricen tu trabajo, no sólo tu rostro. Al final, he logrado que sea mi tarjeta de visita, no mi único currículum.
David: Has dado el salto a Netflix. Háblanos de tu último proyecto en la plataforma.
¿Qué personaje encarnabas y qué te llevaste de esa experiencia?
Patricia: Fue una experiencia intensa. Sin entrar en spoilers, era un personaje con muchas capas, nada plano. Trabajar en un proyecto de esa envergadura te enseña disciplina y profesionalismo. Es un ritmo frenético que adoro.
David: Y, sin embargo, en la cima de esa carrera, das un giro y te trasladas a Alicante. ¿Fue una huida o una búsqueda?
Patricia: (Asiente con calma) Fue una búsqueda de equilibrio. Madrid es el centro, pero también es un torbellino. Alicante me ofrece la paz que necesito para mi otro gran proyecto.
David: Que son las oposiciones a policia. Aquí es donde muchos ven una contradicción. ¿Tú cómo la explicas?Patricia: No la veo en absoluto. Tanto la actuación como la de policía son profesiones que se basan en la observación, la introspección y el análisis de la conducta humana. Como actriz, construyo una
verdad ficticia; como policía, ayudaré a desentrañar la verdad real. Ambas se alimentan de la misma curiosidad por el ser humano.
David: ¿Cómo compaginas la incertidumbre de los castings con la estructura y la disciplina que
exige el estudio de una oposición?
Patricia: (Ríe) Con una agenda muy bien organizada. La disciplina del estudio me ha hecho, curiosamente, una actriz más disciplinada. Y la espontaneidad que requiere la interpretación me
ayuda a no agobiarme con la presión del estudio. Se complementan.
David: ¿Te sientes más cerca de un mundo que del otro? ¿Eres una actriz que oposita o una futura
funcionaria que actúa?
Patricia: Me siento ambas por partes iguales. No quiero renunciar a ninguna de las dos. Ser policía es mi ancla a la realidad, una profesión con un propósito social enorme. Actuar es mi vocación, mi
pasión. Espero no tener que elegir.

David: Háblanos de tu rutina en Alicante. ¿Un día de estudio tipo?
Patricia: Mañanas dedicadas al temario, con pausas para atender llamadas. Tardes para caminar por la playa con mi perro, desconectar con el mar de compañía. Es mi equilibrio perfecto.
David: Volviendo a la interpretación, ¿qué tipo de personaje te gustaría interpretar que aún no hayas podido?
Patricia: Me encantaría abordar un personaje en un thriller profundo, donde pueda aprovechar todo lo que estoy aprendiendo con la psicología. O una figura histórica con claroscuros. Algo complejo,
lejos de arquetipos.
David: Y mirando al futuro, ¿cómo te ves? ¿Imaginas compaginando un puesto en la
administración con un rodaje?
Patricia: (Lo piensa seriamente) ¿Por qué no? Soy una firme defensora de que la vida no es lineal.
Si me lo organizo, y hay voluntad por ambas partes, no veo lo imposible. Mi generación no tiene por qué tener una sola vocación. Podemos ser multitarea, y serlo bien.
David: Para los jóvenes que te siguen y que quizá también se sienten divididos entre dos pasiones, qué consejo les darías?
Patricia: Que no se pongan límites. Que la sociedad intentará encasillarlos, pero que la autenticidad está en abrazar todas sus facetas. Lo que hoy parece una contradicción, mañana puede ser tu mayor fortaleza.
David: Patricia, ha sido un placer descubrir a la persona detrás de los ojos. Te deseamos suerte en ambos caminos.
Patricia: Gracias a ti. La verdad es que he encontrado en Alicante un segundo hogar.
(La escena) Mientras nos despedimos, el pianista comienza a tocar una suave melodía, como si la conversación hubiera devuelto la música a la sala.



