
Manuel Recio Abad. Suite Información.- No éramos pocos los que esperábamos que el cambio de empresa en la gestión de la plaza de toros de Sevilla no tardaría en producirse. El contrato de gestión entre la Empresa Pagés y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla firmado el 16 de diciembre de 1932 debió de ser redactado por el abogado de Groucho Marx. El documento establecía una relación de gestión de la plaza de toros y contemplaba el pago de un canon porcentual a la institución. Don Eduardo Pagés Cubiña lo hizo por parte de la empresa.
La Real Maestranza de Caballería de Sevilla es una corporación de derecho público fundada en 1670 por el rey Carlos II. Sus inicios se remontan a 1248 año de la conquista de Sevilla por el Rey Fernando III, cuando los caballeros que ayudaron al rey en esta gesta decidieron crear una cofradía o hermandad caballeresca para adiestrarse en el manejo de las armas y las batallas ecuestres.
Volvamos a la “parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte…”Continuaba leyendo Groucho… “la parte contratante de la segunda parte será considerada como la parte contratante de la segunda parte”…A esto respondía su hermano Chico mostrando su contrariedad: “…eso sí que no me gusta nada, segundas partes nunca fueron buenas….”. Todo llega a su fin y también los contratos farragosos y eternamente prorrogables.
Sevilla es ciudad de tradiciones y muy contraria siempre a efectuar cambios, incluso cuando con ello se atisben palpables mejoras. Nadie en el mundo del toro se atrevió a vaticinar públicamente como acabaría el pleito de seis millones de IVA con aquella sentencia que a la postre resultó favorable a los maestrantes. Tampoco se apostaba por la salida de la familia Valencia de las oficinas de la calle Adriano. Pero…así ha sido.
Lances de Futuro, S.L. asume una enorme responsabilidad. Un equipo joven, que no obstante ya ha demostrado su buenas prácticas en plazas como Santander, Córdoba, Málaga…, obligado a un cambio de imagen, una renovación real en la gestión empresarial de la plaza de toros, que en su conjunto es la más importante del mundo. Todo lo que se cuece en la Maestranza tiene reflejo y resonancia en el orbe taurino. Nuevos enfoques ganaderos, nueva política de precios de entradas y abonos, puertas abiertas para la utilización del ruedo por los alumnos de las escuelas taurinas de la provincia…
Insuflar en definitiva nueva vida a un recinto que no merece la lejanía que hasta ahora ha mantenido del grueso de la afición. La Maestranza es de todos y así lo deben entender sus nuevos gestores, no teniendo por qué aceptar el criterio excesivamente conservador y morganático de sus propietarios, en la seguridad de estar así en el camino del éxito.
Suerte y buen hacer para los próximos cinco años de contrato.


