

Ramón Lucio
Entre el 739-757- Alfonso I de Asturias, fue obligado a defenderse del Califato cordobés en la zona fronteriza del reino Astur. Para ello construyó varias fortalezas. Ya aparece el nombre de Castilla a un condado mencionado en un documento del año 800 y que señalaba desde el sur de la cordillera cantábrica hasta La Rioja. Los condados eran territorios concretos que era gobernados por unos jueces, llamados condes, nombrados por el rey astur al que debían obediencia. La región castellana fue colonizada por cántabros y vascos poco romanizados, que se regían por códigos y que hablaban una lengua romance derivada del latín vulgar. Ni lo nobles ni el clero se aventuraban mucho en zonas tan peligrosas por lo que apenas se produjeron divisiones de clase y no hubo latifundios. Esto marcó un grado de libertad, muy diferente al leonés, que fue la semilla del elemento diferenciador del hombre castellano de aquella época.
Rodrigo, hijo posiblemente de Rodrigo I de Asturias, se convirtió en el primer conde de Castilla hacia el 860 aprox. En el 884 Se intensificó la repoblación y se fundó Burgos.
En los años 930-970, Fernán González en conde de Castilla y entró en la leyenda medieval inmortalizada en romances. Aprovechó las tensiones de los reinos limítrofes de León y Navarra, para engrandecer Castilla a la que solo le faltaba la corona para ser un reino. Consiguió agrupar su autoridad sobre los condados de Burgos y Castilla en el 931. Luchas de poder con el rey leonés Ramiro II, se saldan con la boda de Ordoño III (el leonés) con hija del conde González, doña Urraca. A partir de él fue hereditario el título de conde.
En el 951 muere Ramiro II de León y se considera como el momento de la independencia de Castilla. Le sucede su hijo que concedió títulos de nobleza a militares a caballo, importante papel para el predominio de Castilla sobre León. Su hijo amplió las fronteras hasta Guadalajara y Madrid por el sur y Soria y Segovia por el norte.
Heredó Castilla doña Mayor, que estaba casada con Sancho el Mayor de Navarra y se nombró a su hijo Fernando heredero del condado.
En (1029-1065) Fernando I, conde de Castilla y rey consorte de León. Se le solía designar el primer rey de Castilla, pero actualmente se considera que este reino se inicia a la muerte de este monarca. El conde Fernando de Castilla y rey I de León, dejó en herencia la división de los territorios entre sus hijos. A Sancho le correspondió el Condado de Castilla, elevado a la categoría de Reino, y las parias (tributos) del reino Taifa de Zaragoza. A su hermano Alfonso el favorito de su padre, le correspondió el Reino de León, que tenía derechos sobre la Taifa de Toledo. A su hermano García le dio Galicia, para lo que creó nuevos derechos sobre las taifas de Sevilla y Badajoz. A Urraca, de dio Zamora, con título y rentas. A su otra hija Elvira, le dio la ciudad de Toro.
Con la ayuda del famoso Cid Campeador, Sancho de Castilla en 1072 atacó a su hermano con lo que se produjo unión entre los reinos de Castilla y León. Gracias a Urraca, en Zamora se refugió el grueso del ejército leonés, al que Sancho puso cerco y donde el rey castellano fue asesinado. De este modo Alfonso VI se hizo con todo el territorio de su padre, gobernó como rey de León, Castilla y Galicia entre 1072-1109, manteniendo la unión de los reinos de León y Castilla efectuada por su hermano Sancho. Sin embargo, siguieron existiendo dos reinos diferenciados en administración, lenguas romances y leyes. Tras la muerte de Sancho IV de Navarra en 1076, pasaron a formar parte del reino de Castilla, entonces unido al reino de León bajo el reinado de Alfonso VI, territorios anteriormente pertenecientes al reino de Navarra: La Rioja, Álava, Vizcaya y parte de Guipúzcoa; parte de estos territorios fueron recuperados por Sancho VI de Navarra en la segunda mitad del siglo XII y no retornaron a dominio castellano hasta su conquista definitiva por Alfonso VIII a finales del siglo XII.
En 1109 Alfonso VI de Castilla, ya viejo opta, al no tener varones que le suceda, casar a su hija Urraca con el famoso guerrero Alfonso I de Aragón el Batallador, (1105-1157). Después, Alfonso VII de León y Castilla consigue anexionarse tierras de los reinos de Navarra y Aragón y renuncia a su derecho a la conquista de la costa mediterránea en favor de la nueva unión de Aragón con el condado de Barcelona por matrimonio, (doña Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV conde de Barcelona). Alfonso VII se intitula en 1135 “Imperator Legionensis et Hispaniae” en León, (Emperador de España). El título fue adoptado en el siglo X por los monarcas leoneses, como expresión que implicaba la supremacía política de León frente a los demás reinos peninsulares. Los reyes leoneses defendían ser los herederos del reino visigodo.
Este rey, Alfonso VII otra vez divide Castilla de León entre sus hijos, aunque parte de Castilla fue ocupada por León. A la muerte de Alfonso en 1157, reina Sancho III de Castilla pero muere un año después de coronado. En 1158 se corona Alfonso VIII de Castilla que reinó hasta 1214.

