REDACCIÓN.- Por Miguel Angel Jiménez ( @Miguel_A_Suite) 13 Diciembre 2021
La Liga española, considerada por todos como una de las mejores del mundo, tiene un gravísimo problema: el nivel de su arbitraje. Nunca en la historia reciente se estaban viendo tan malos resultados en sus intervenciones, que además siempre llevan la misma dirección, favorecer al Real Madrid y al Barcelona queriendo o sin querer.
Dos ejemplos muy cercanos son las manos de Piqué contra el Villarreal y la de Busquets contra Osasuna este fin de semana. Escudados en la interpretación y la voluntariedad cometen errores de bulto que perjudican de forma clara el trabajo de muchos equipos.
Un bajísimo nivel arbitral con unos jueces de línea que, en su mayoría aciertan mas que yerran. Ganan muchísimo dinero, la media alrededor de 200.000 euros anuales, casi todos profesionales pero comenten muchos errores.
Gerard Piqué declaró hace años: «qué malos son los árbitros españoles». Cuando casi siempre pitan a su favor .Para colmo, ningún colegiado español ha pasado hasta el momento por la famosa nevera, y eso que muchos han hecho méritos suficientes como para estar unas cuántas jornadas sin dirigir un partido de la Liga.
La Federación, que les mima y cuida, y la Liga, que les paga, deben tomar medidas y a los designados al video arbitraje exigirles la profesionalidad necesaria para evitar errores.
Esto no puede seguir así. Nadie duda de su honestidad pero sí de su capacidad para arbitrar. Decía el maestro Mazanttini, preguntado porque dejaba el mundo del toro para dedicarse a la política, respondió, lo hago porque en el toreo hay que tener vergüenza torera, y antes de perderla y defraudar a los que confían en mi, prefiero tomar otro camino. Pues eso deberían hacer los árbitros, antes de perjudicar, dejarlo.