«¿Imagínate que el Barça tuviera que salir al mercado a fichar a jugadores como Pau Cubarsí o Lamine Yamal?», se pregunta Jordi Roura, exresponsable del fútbol base azulgrana entre el 2015 y el 2021. «Quizá no los podría fichar«, se responde él mismo con la convicción de quién sabe de lo que habla.
Pero ha sido el club azulgrana, con su histórica apuesta por el fútbol base, el que los ha captado, cuidado y acompañado hasta la élite. Y ahora, siendo todavía adolescentes, son piezas fundamentales para Xavi Hernández y apuntan a tener un papel protagonista con la selección española absoluta.
La irrupción en el primer equipo del Barcelona de talentos formados en La Masia como Pablo Páez Gavira ‘Gavi’, Alejandro Balde, Fermín López, Pau Cubarsí y Lamine Yamal no es fruto de la improvisación.
Detrás hubo un trabajo de captación de una nutrida red de ojeadores, entrenadores de las categorías inferiores, y que también ejercen de captadores y coordinadores del fútbol base, que vieron algo especial en estos jugadores. Todo ello sin olvidar la apuesta económica por parte del Barcelona a lo largo de los años.
Una inversión anual de 30 millones y más de 20 ojeadores
En la temporada 2022-23, el club desembolsó entre gastos de personal y de explotación 32,6 millones de euros en su fútbol base. Una parte de esta inversión se destina a formar y acompañar a los 250 jóvenes que sueñan con ser los futuros Cubarsí o Lamine Yamal, pero este dinero también sirve para suministrar herramientas a la estructura que rastrea talento futbolístico a lo largo y ancho de España.
Actualmente, el Barça cuenta con aproximadamente un ojeador en cada Comunidad Autónoma. En Cataluña, esta cifra aumenta en un observador por provincia a excepción de la de Barcelona, donde el club suma tres observadores, explican a EFE fuentes de la entidad.
En la estructura del fútbol base, los entrenadores de las categorías iniciales -prebenjamín, benjamín y alevín- también tienen un papel fundamental como captadores de talento. Estos se dedican a presenciar en directo unos seis partidos de su categoría cada fin de semana con el objetivo de seguir el rastro de futbolistas de otros equipos que podrían encajar en la cantera azulgrana.
Todo este trabajo está reflejado con los respectivos informes que pasan por varias filtros antes de que, finalmente, los responsables del fútbol base presenten una propuesta al futbolista y a su familia para jugar en las categorías inferiores del Barça.
La herencia de Jordi Roura y Aureli Altimira
«El procedimiento de captación es simple pero al mismo tiempo es complejo», explica en declaraciones a EFE Jordi Roura, que dirigió el fútbol base azulgrana junto a Aureli Altimira en la etapa de Josep Maria Bartomeu como presidente.
Bajo su dirección, el club azulgrana captó a jugadores ahora asentados en el primer equipo como Lamine Yamal, Fermín, Balde, Gavi o Cubarsí.
Que todos ellos sean españoles no es casualidad. A raíz de la sanción de la FIFA al Barcelona en 2014 por irregularidades en el fichaje de futbolistas menores de edad de fuera de España, el club se centró únicamente en rastrear jugadores del mercado nacional, poniendo el foco especialmente en el fútbol base catalán.
Sobre Cubarsí, nacido en Estanyol, a Roura le llamó la atención siendo alevín en las categorías inferiores del Girona, donde demostraba tener «cosas especiales» como zaguero. Para convencer a la familia, desvela que la clave, como en la mayoría de casos, fue explicarles bien el proyecto y los motivos que habían llevado al Barça en interesarse por su hijo.
«Te llega una información de un jugador, la verificas y debes tomar una decisión. Parece sencillo y evidente, pero lo que realmente cuesta es decidirte por un jugador y ser rápido para avanzarse a otros equipos interesados en él», añade Roura.
Adaptación al estilo y el factor mental, claves
Además de un talento innato para jugar al fútbol, los jugadores de La Masia que han derribado la puerta del primer equipo se adaptaron al juego singular que se práctica en las categorías inferiores.
A ello, según Roura, se suma el factor mental, una de las claves que ha permitido rendir en la élite a Cubarsí, Gavi o Lamine Yamal desde el día de su debut.
«El factor mental se trabaja en el fútbol formativo del Barça. Los jugadores están acostumbrados a estar en el ojo del huracán desde que son pequeños», apostilla el exresponsable del fútbol base azulgrana.
Asimismo, desde las entrañas del fútbol base en la Ciudad Deportiva Joan Gamper subrayan a EFE que la captación es uno de los secretos para que un jugador que no supera los 18 años, como es el caso de Cubarsí, debute en la Champions en unos octavos de final contra el Nápoles y la UEFA lo designe como el MVP del partido.
Y es que la irrupción meteórica de algunos futbolistas de La Masia con el primer equipo es fruto de años de exigencia en el día a día de los entrenamientos del fútbol base azulgrana. Y esa exigencia viene determinada por los compañeros que les han acompañado en sus primeros años de carrera. Cuanto más rodeados de talento están, más fácil es dar el salto al primer equipo. Y ahí radica la importancia de la captación.
Un método con el que el Barça se ha ahorrado millones de euros en fichajes, un detalle que no es baladí en un momento en el que el club, ahogado por sus problemas económicos, no puede competir con los grandes de Europa en la carrera para firmar jugadores diferenciales. El mejor mercado es el de La Masia.