Álvaro Filgueira. suiteinformación.- Ayer, 1 de febrero, hizo once años que nos dejó Luis Aragonés, una de las figuras más influyentes del fútbol español. Más que un entrenador, más que un jugador, más que un líder: un símbolo. Su legado sigue vivo en el Atlético de Madrid, en la Selección Española y en todos los que alguna vez escucharon su voz ronca gritar desde la banda.
Si pudiéramos hablar con él hoy, ¿qué nos diría?
Entrevista imaginaria con Luis Aragonés
Álvaro Filgueira: Don Luis, han pasado once años desde que nos dejó, pero su legado sigue intacto. Si le pregunto quién era Luis Aragonés, ¿qué me respondería?
Luis Aragonés: (Sonríe) Un tipo de barrio, de Hortaleza, con una obsesión por el balón. Un hombre de fútbol. Un ganador.
Álvaro Filgueira: Empecemos por sus años de futbolista. Debutó en Primera División con el Getafe, pero su historia está unida al Atlético de Madrid. ¿Cómo fue su llegada al Atleti?
Luis Aragonés: Lo del Getafe fue un paso, pero mi vida cambió cuando fiché por el Atlético en 1964. Fueron diez años de mi vida en los que dejé todo en el campo. No había otra. En aquel Atleti jugábamos con el cuchillo entre los dientes. Fuimos campeones de Liga tres veces (1965-66, 1969-70 y 1972-73) y de la Copa del Rey otras dos. Ganamos la Intercontinental en el 74 contra Independiente de Avellaneda, aunque no pudimos celebrar la Copa de Europa.
Álvaro Filgueira: Hablemos de esa final contra el Bayern de Múnich en 1974. Usted marcó el gol que parecía darle la victoria al Atleti, pero…
Luis Aragonés: Pero Schwarzenbeck tenía otros planes. Aquel empate en el último minuto dolió más que una derrota. Al día siguiente nos aplastaron en el partido de desempate. Esa espina se quedó clavada en el club por muchos años.
Álvaro Filgueira: Pero usted siguió dejando huella en el Atleti, tanto en el campo como fuera de él.
Luis Aragonés: Siempre dije que soy del Atlético por encima de todo. Cuando colgué las botas, en 1974, me dieron el equipo y ahí empezó mi carrera como entrenador.
El paso a los banquillos: Nace el ‘Sabio de Hortaleza’
Álvaro Filgueira: En su primera temporada como entrenador, ya ganó una Copa del Rey y llevó al Atleti a ganar la Intercontinental.
Luis Aragonés: No se me daba mal eso de entrenar, ¿eh? (Ríe). Fue un cambio natural. Entendía el fútbol y sabía lo que quería.
Álvaro Filgueira: Volvió varias veces al banquillo del Atlético y dejó frases memorables.
Luis Aragonés: Siempre he sido un hombre de carácter. Al futbolista hay que exigirle. A veces con gritos, otras con cariño. Pero nunca dejando de lado la disciplina y la mentalidad ganadora.
Álvaro Filgueira: También pasó por otros clubes como el Betis, el Barcelona, el Valencia, el Mallorca… ¿Cómo fue dirigir al Barça?
Luis Aragonés: Fue una experiencia diferente. Estuve solo una temporada (1987-88), pero aprendí mucho. En el fútbol hay que adaptarse, aunque uno siempre lleva su estilo consigo.
Álvaro Filgueira: Tu etapa en el RCD Mallorca fue especialmente significativa, sobre todo por tu relación con Samuel Eto’o. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
Luis Aragonés: Con Samuel tuvimos una relación intensa. Recuerdo un partido en Málaga donde, tras sustituirlo, hubo un desencuentro que terminó con una reprimenda pública. Pero esas situaciones fortalecieron nuestra relación. Samuel siempre supo que mis exigencias eran para sacar lo mejor de él.
Álvaro Filgueira: Se dice que eras un entrenador de carácter, como mencionaste, pero también muy exigente y cercano a tus jugadores. ¿Cómo manejabas esa dualidad?
Luis Aragonés: La exigencia y la cercanía no son excluyentes. Siempre estuve encima de mis jugadores, corrigiendo y motivando. Con Samuel, por ejemplo, tuvimos momentos de tensión, pero también de profundo respeto y cariño. Sabía que podía dar más, y mi deber era empujarlo hacia su máximo potencial. Años después, él mismo reconoció cuánto le ayudó esa lección.
Álvaro Filgueira: No obstante, una de las anécdotas más recordadas es la que protagonizó con Samuel Eto’o durante su etapa en el Mallorca.
Luis Aragonés: En realidad fue un intento para motivar al delantero camerunés, pero utilizé palabras que fueron interpretadas como racistas. Sin embargo, Eto’o siempre defendió a su entrenador, afirmando: “Si hay una persona que no es racista, esa es Luis Aragonés” .
Álvaro Filgueira: Otra anécdota destacada es la que vivió con Romario durante su etapa en el Valencia.
Luis Aragonés: Mi trabajo conlleva buscar un mayor compromiso de los jugadores, también del brasileño y, en un entrenamiento, le dije: “Míreme a los ojitos”, persiguiéndolo por el campo. Años más tarde, Romario se refirió a mi como un “imbécil”, pero esta anécdota refleja realmente el carácter directo y exigente que yo ponía a la hora de realizar mi labor.
Álvaro Filgueira: Al margen de todo, podemos afirmar sin lugar a dudas que su gran consagración como entrenador llegó con la Selección Española.
Luis Aragonés: Sí, la Selección me dio el mayor orgullo de mi vida.
El arquitecto de un equipo campeón
Álvaro Filgueira: En 2004, cuando asumió el cargo de seleccionador, España arrastraba una historia de decepciones en torneos internacionales. ¿Qué vio en ese equipo?
Luis Aragonés: Vi talento. Mucho talento. Pero también vi miedo. España jugaba bien, pero no se creía que podía ganar. Yo me encargué de cambiar eso.
Álvaro Filgueira: ¿Cómo fue ese cambio?
Luis Aragonés: Primero, apostar por un estilo de juego basado en el toque, la posesión y la velocidad. Xavi, Iniesta, Silva, Cesc, Villa… todos ellos tenían un talento increíble con el balón. Pero también hacía falta carácter. Ahí entraron Puyol, Marchena o Senna. Era un equipo completo.
Álvaro Filgueira: Pero la transición no fue fácil. Hubo momentos duros, como el Mundial de 2006 o la salida de Raúl.
Luis Aragonés: Hacer historia nunca es fácil. Lo de Raúl fue una decisión técnica. No tengo nada en contra de él, era un jugador fantástico, pero yo tenía en mente otro tipo de equipo.
Álvaro Filgueira: Y llegó la Eurocopa 2008…
Luis Aragonés: Y ahí cambió todo. Ganamos a Italia en cuartos en los penaltis y nos quitamos el miedo. A partir de ahí, el equipo se soltó. En la final contra Alemania, Villa no pudo jugar, pero Torres hizo el gol que nos dio el título. Después de 44 años, España volvía a ser campeona.
Álvaro Filgueira: Se dice que ese fue el inicio de la época dorada del fútbol español.
Luis Aragonés: Sin duda. Aquel equipo puso las bases del Mundial de 2010. Lo que hizo Del Bosque después fue darle continuidad. Pero el estilo, la mentalidad y la base del equipo ya estaban ahí.
El legado de un líder
Álvaro Filgueira: Usted dejó la Selección después de la Eurocopa y se fue al Fenerbahçe.
Luis Aragonés: Sí, porque mi trabajo con España estaba hecho. Me hubiera gustado seguir, pero así es el fútbol.
Álvaro Filgueira: En 2014, su fallecimiento dejó un vacío enorme en el fútbol español. ¿Cómo cree que le recordará la gente?
Luis Aragonés: Como alguien que amó el fútbol y que siempre quiso ganar. Pero también como un hombre que creyó en sus jugadores y les dio la confianza para hacer historia.
Álvaro Filgueira: Don Luis, gracias por esta charla imaginaria. Su legado sigue vivo.
Luis Aragonés: Gracias!. Recordad siempre una cosa: “ganar, ganar y volver a ganar”.
Luis Aragonés se fue hace once años, pero su voz sigue resonando en los vestuarios, en los entrenamientos y en la mente de los futbolistas que aprendieron de él. Fue el padre de una España campeona y el alma de un Atlético de Madrid de garra y pasión.
El ‘Sabio de Hortaleza’ nunca se fue. Sigue en cada gol, en cada victoria y en cada sueño de un niño que sueña con ganar.