Ginés Muñoz
Si alguien es capaz de descifrar el ADN Barça ese es Paco Seirul·lo (Salamanca, 1945). Así lo demuestra su hoja de servicios tras casi medio siglo en el FC Barcelona, primero como entrenador de los equipos de atletismo del club y luego como preparador físico del equipo de balonmano con Valero Rivera como técnico, y del fútbol base azulgrana, hasta que en 1993 Johan Cruyff lo puso al frente de la preparación física del mítico ‘Dream Team’.
En el primer equipo se mantuvo durante varias décadas, en las que trabajó también con Frank Rijkaard y Pep Guardiola. Y antes de retirarse en 2022, se pasó dos años en el departamento de metodología del club catalán enseñando a los nuevos entrenadores de La Masia el estilo de juego de un equipo que maravilló al mundo, no solo por los títulos que logró sino por cómo lo hizo.
Ahora, ya jubilado, el que fuera la mano derecha de Cruyff y Guardiola publica ‘ADN Barça’ (Roca Editorial), la biblia sobre el estilo de juego del conjunto azulgrana y con el que pretende dejar un legado para las nuevas generaciones, según explica en una entrevista con EFE.
Pregunta: A sus 78 años y ya retirado, decide publicar un libro sobre el ADN Barça. ¿Era un proyecto que tenía pendiente desde hace tiempo o la idea surgió de un tercero?
ADN Barça
Respuesta: Después de abandonar el campo de entrenamiento, en mis dos últimos años en el club me dediqué a la formación de entrenadores y a implementar en el fútbol base la forma en la que realmente habíamos entrenado en el primer equipo durante el tiempo que estuve allí. Y con todos esos apuntes y esas charlas que iba dando a los entrenadores y todo el conocimiento que había adquirido de los entrenadores que había tenido en el primero equipo decidí escribir un libro. Eso sí, dándole un enfoque un poco menos académico y más práctico. Espero haberlo conseguido.
P: El libro se llama ‘ADN Barça’, un término que ha sido muy utilizado en los últimos 35 años para describir un determinado estilo de juego que usted disecciona con todo lujo de detalles.
R: Después de más de 45 años en el Barça y trabajando muchos de ellos con los entrenadores que han tenido éxito en este deporte he llegado a la conclusión de que el ADN Barça nace de la interacción que tienen con los jugadores, los elementos de comunicación que eligen para dirigirse a ellos y la información que toman del juego y proporcionan a sus futbolistas antes y después de los partidos.Y todo eso tiene una traslación en el estilo de juego, en la forma tan específica de vivir los entrenamientos, en esa interpretación común del juego que tienen nuestros jugadores y que les lleva a proponer colectivamente mucho más que cualquier individualidad, y que solo puede cultivarse de una forma genuina en el FC Barcelona. Por eso, los jugadores que vienen de fuera sufren y tienen muchos altibajos en su rendimiento, porque deben ir asumiendo conceptos que para ellos no son habituales.
P: En la introducción de su obra advierte al lector de que no es un libro «de fútbol», sino un libro «del fútbol».
R: Sí, del fútbol que se practica desde hace tiempo en el FC Barcelona. Normalmente los entrenadores se forman en la escuela de entrenadores y constituyen su idea del juego a través de estudiar los sistemas de juego y copiar el que en ese momento está teniendo más éxito. Sobre ese tema hay montones de libros, pero el mío enseña qué es el juego y cómo nos relacionamos con él. Por qué la complejidad del juego se simplifica a través del pase, qué tipos de elementos constituyen la esencia del juego y que aspectos del juego está obviando la tecnología de los sistemas.
P: Es decir, que utilizando el modelo Barça, usted intenta ir un paso más allá.
R: Sí, hablo del juego natural, que en realidad debería ser el más fácil de jugar. Este tipo de juego que permite el engaño, proponer situaciones que confunden al contrario para poder seguir en posesión del balón y, cuando tenemos que recuperarlo, no sentirnos solos, porque cada uno tiene que desempeñar una función.Lo maravilloso del fútbol es que, a diferencia del resto de deportes, es un juego imposible de prever. Y bajo esa premisa, en el libro propongo que los jugadores tengan una formación suficiente para que puedan identificar esos fenómenos que son complejos y siempre distintos, aunque nos parezca que son iguales.
P: En su libro no aparece ningún sistema de juego. ¿Los sistemas son la gran mentira del fútbol o es que todos los sistemas son válidos?
R: Los sistemas de juego son los planes que hace el entrenador para superar los planes que tienen el entrenador rival, y de modificar el plan a simplemente adaptarlo hay una línea muy fina. Ese creo que es el gran problema de fútbol actual, que si juego el mismo sistema que el rival, para contrarrestarlo, me baso fundamentalmente en la calidad del jugador: que sea más fuerte, más rápido, que llegue antes al balón que el contrario.
Ahora todo el fútbol es muy lineal, cuando lo verdaderamente importante son las verdades ocultas del juego, que son los pensamientos y las intenciones que tiene el equipo, que utiliza una comunicación interna desconocida para los demás para llevarlas a cabo.
P: Utiliza términos como “ventajas relacionales”, “flujo óptimo de circulación” o “funcionalidad operacional” plasmados en lo que usted define como “idiogramas”. Parece un libro para entrenadores, no para el consumo del aficionado al fútbol en general.
R: La verdad es que lo he escrito por una necesidad mía, sin pensar a quién iba a ir destinado. Pero creo que, si hay entrenadores que forman a sus jugadores de la manera que propongo, el fútbol se verá beneficiado, porque habrá cosas más bonitas en el juego.Los entrenadores quieren que suceda lo que ellos están pensando, y para eso forman a sus jugadores, para que hagan lo que ellos quieren que hagan. A mí me asusta cuando un entrenador dice: «Ya se nota mi mano en la forma de jugar del equipo». A mí eso me da mucha pena, porque están coartando la libertad de los jugadores. Hacen que el concepto de estrategia tenga más valor que el pensamiento libre del futbolista a la hora de identificar el juego.
P: En el prólogo, tanto Pep Guardiola como Jordi Cruyff confiesan sentirse fascinados por el concepto que usted aporta de «espacio de fase». ¿Puede explicar en qué consiste?
R: Todo el mundo habla de defender y atacar. Una idea bélica, de enfrentamiento, muy atractiva para algunos pero que mata la idea del juego como tal. Y para que el juego no muera tenemos que crear espacios en los que relacionaros y sentirnos a gusto. Entonces hay una fase en las que tenemos el balón. Un espacio en el que lo compartimos y nos organizamos para que no nos lo quiten. Y luego está la otra fase de intentar recuperarlo cuando no lo tenemos, que crea otro espacio diferente.
P: Usted ha trabajado con Cruyff, considerado el padre de ese estilo, y con Guardiola, que es el entrenador que lo sublimó. ¿Cómo valora la influencia que han tenido ambos?
R: Johan, en tres palabras, desarrolló toda la esencia del ADN Barça: jugar de cara, al pie y al primer toque. Eso es lo que hace que puedan darse millones de situaciones distintas en cada jugada en función del tipo de relaciones que se establezcan entre los jugadores.
Y Pep ha vivido eso con Johan y ha sabido identificar ese ADN pero elaborando un halo de elementos espacio-temporales que hacen que se pueda jugar así. Eso le permite además tener la seguridad de poder informar a sus jugadores de cosas que ellos no son capaces de identificar, porque están enfocados en lo material, en lo que se ve, no en lo que pueden hacer que suceda. Y eso hace que los jugadores se sientan atraídos por ese juego, se sientan como una familia especial que tiene un secreto que compartir, un clan capaz de hacer algo que los demás no son capaces de hacer, engañar con eso al contrario, y que por eso ganan. Pep ha creado un lenguaje y un comunicación con sus jugadores y su ‘staff’ que les hace sentirse especiales.
P: Si el Barça tiene un tesoro que es el cómo, el relato, una metodología de juego propia que solo comprenden los jugadores de la casa, ¿por qué que a veces cuesta tanto apostar por La Masia?
R: Creo que es por cuestiones culturales, ancestrales casi o de inseguridades o de miedos. Ojalá cuando llega una directiva nueva al club consulte mi libro, porque tienen que conocer e identificar las esencias del juego. Porque si traen otras cosas, aunque ese cambio vaya bien durante un tiempo, el espectador que disfruta con el Barça al final se va a mostrar disconforme con lo que ve.
Y también me gustaría que este libro fuera un poco una semilla a la que los jugadores y entrenadores puedan agarrarse cuando tengan dudas. Si competimos como todos, tenemos muchos contra los que competir, pero si hacemos algo que no hacen los demás, solo competiremos contra nosotros mismos.