Otra vez vuelven las amenazas para el sector del golf, por si no fue poco la pandemia, luego vinieron los brutales incrementos del coste de la energía, y ahora sin pausa para respirar un poco, vuelve la amenaza de las restricciones de agua. Está claro que somos un sector condenado a no tener paz, y a estar siempre en zozobra a pesar de que el golf no solo aporta valor deportivo para los golfistas, sino que es un gran generador económico y social para el resto de la población.
«Vuelve la zozobra al sector del golf, después de la pandemia y los costes energéticos, ahora las amenazas de restricciones de agua»
Llevamos días de ataques y de contraataques, los ataques vienen por los de siempre, los que están en contra del progreso y utilizan la demagogia para intentar arañar esos votos que las urnas les niegan cada vez con peores notas. Y los contraataques, que siempre son defensivos, los hacemos desde el sector con mucho fundamento, pero con poca repercusión en la opinión pública. Ahora lo más noticiable y difundido ha sido la propuesta de un partido político andaluz de que se cierren los más de 100 campos de golf de Andalucía. Aunque a los de dentro nos parezca una barbaridad, que lo es y grande, esta noticia “cala” más de lo que creemos y nos perseguirá mientras la naturaleza nos siga castigando sin la lluvia necesaria para que todo se tranquilice.
Los argumentos defensivos de la Industria del Golf ante estas amenazas son muy sólidos conceptualmente, la utilización de agua reciclada por la mayoría de los campos, la mínima utilización de recursos hídricos de los embalses en relación con los otros usos, el empleo generado…, pero no acaban de llegar a la población que no juega al golf, por lo que parece que es un debate entre los golfistas y los enemigos del golf, lo de los ricos y los pobres ya no cuela, y en el que el resto no percibe sus consecuencias, que, aunque no se reconozcan, serán mucho mayores todavía para el bienestar general que para los propios golfistas.
«Las consecuencias de un cierre de los campos de golf serían mucho más negativas para la sociedad en general, que para los propios golfistas»
Viendo que el asunto se va a enconar en las próximas fechas, y más teniendo en cuenta que estamos en periodo pre-electoral, quiero aportar una visión más contundente sobre este choque de visiones tan distantes. Mi metodología, dicho de forma un poco cursi, consiste en comparar las ventajas y desventajas que supondría para la población y la sociedad en general, mucho más allá que para el propio sector, el cierre de los campos de golf, que es lo que proponen los “enterados” de turno.
Vamos a ello:
VENTAJAS DE CERRAR TODOS LOS CAMPOS DE GOLF DE ANDALUCIA
Aquí voy a intentar esmerarme y no dejarme ninguna.
– No utilización anual de apróx. 2 millones de metros cúbicos de agua de los embalses. Hay que tener en cuenta que solo el 20-25% de los campos andaluces utilizan agua de primera mano, ya que el resto utiliza agua reciclada. Esta cantidad no llega ni al 0,3% de la capacidad de embalsamiento en vigor, 600 Hectómetros.
– Dejar de regar 3.600 hectáreas de golf de un total de 1.100.000 de cultivos agrícolas (3.600 vs 1.100.000).
En resumen, que el cierre de los campos de golf generaría mucha fanfarria pero nos tememos que no mejoraría ninguno de los problemas que algunos les achacan.
«Las ventajas de cerrar los campos de golf serían inapreciables y no paliarían en practicamente nada la situación de sequía»
DESVENTAJAS DE CERRAR TODOS LOS CAMPOS DE GOLF DE ANDALUCÍA
Aquí, y para dar una visión muy objetiva, voy a ser muy poco tendencioso a favor del sector y voy a obviar todas aquellas desventajas puramente deportivas, emocionales…y solo voy a enumerar las que tienen repercusión tangible en la sociedad y en los ciudadanos “neutrales”, es decir los que no son adictos a la actividad.
– Pérdida inmediata de 4.000 empleos directos y de muchos más indirectos. En este punto no voy a seguir por la línea exagerada de los estudios últimamente realizados para no ser fácilmente rebatible.
– Pérdida de una gran parte de los 600.000 turistas anuales que vienen a Andalucía en meses de temporada baja turística.
– Pérdida de más de 6.000 millones de euros de gastos anuales de los turistas golfistas, tanto en golf, como en oferta complementaria.
No me olvido de un punto importantísmo que no se comenta mucho y que está más que contrastado, sobre todo en USA, cuando se cierra, o abandona un campo de golf:
– Pérdida de más del 70% del valor de las viviendas anexas a los campos de golf, que en Andalucía son más de 60.000, y perderían la “friolera” de más de 12.000 millones de euros, con el consiguiente quebranto patrimonial para propietarios y financiadores.
– Además de la pérdida del valor de las más de 60.000 viviendas anexas, el cierre de los campos de golf produciría un deterioro de las zonas donde se sitúan con la consiguiente insalubridad de la zona, proliferación de alimañas…., y además se perdería un área de protección de incendios como se demostró recientemente en los que se produjeron en la Sierra de Mijas, donde los campos cercanos contribuyeron de forma relevante a que no se extendieran.
(Ver artículo sobre las consecuencias del cierre de campos de golf en una comunidad
Y, otro aspecto que tambien se desmoronaría con el cierre de los campos, tan alegremente propuesto, es el social, el que atañe a la gente que aunque no juega ni vive en un campo de golf, sí que recibe un gran valor de ellos:
– Los municipios donde están los campos, con su consiguiente pérdida de imagen, turismo y, sobre todo, gran pérdida de vitalidad derivada de menos visitas, menos trabajo para los proveedores de distinto tipo, menos animación general. No hace falta recordar lo que supone para los vecinos de St. Andrews tener un campo de golf, o para los de Pedreña, Pals, Layos, Mijas, Alhaurin….
Aunque podríamos esgrimir muchas más “tristezas” producidas por esa imagen, que esperemos que no pase de ciencia ficción, de la desolación que produciría el cierre de los campos de golf, y no solo para los golfistas, sino que mucho más para la población y sociedad en general, creo que las apuntadas, empleo, turismo, valor inmobiliario y, sobre todo, pérdida de valor social, son suficientemente ilustrativas de lo que supondría quitar algo que cuando lo tenemos sabemos que vale, pero que si no lo tuviéramos nos daríamos cuenta de que se pierde mucho más de lo que nos imaginamos.
«Las desventajas de cerrar los campos de golf serían muy negativas para la sociedad y para gran parte de la población, al margen de que sean, o no, golfistas»
En resumen, y aún considerando que el tema de la sequía es muy serio y que el golf tiene que sumarse a que no sea más dañino todavía, la sola enumeración del “desvalor” que supondría para la sociedad el cierre de los campos pone los pelos de punta, considerando además que aunque el cierre fuera temporal tendría consecuencias casi de definitivo por su rápido deterioro, y debería producir un mínimo de sentido común antes de predicar barbaridades de consecuencias infinitamente más negativas incluso para los que los demonizan, que las poquísimas ventajas de hacerlo.
Gracias por la atención
Francisco Aymerich
CEO