He asistido hace unos días al Congreso de la Asociacion Española de Campos de Golf (AECG) que se celebró, con una brillante organización, en Salamanca. Fue bastante interesante, sobre todo por el networking entre los participantes, y por las conversaciones de pasillo que mantuvimos con muchos destacados actores de esta industria. No es fácil resumir lo que allí testamos de la situación del Golf Español, pero si confirmamos algunas tendencias que nos pueden arrojar varias de las claves para que esta actividad siga progresando en España.
Como consecuencia de lo escuchado a unos y otros, y con el añadido de mis reflexiones personales, me atrevo a exponer los siguientes cinco como algunos de los principales retos que tiene nuestro sector para los próximos años.
1.- Mejora del “relato”: Igual que pasa en política, donde unos con menos contenido consiguen comunicar mejor que otros que, muchas veces, tienen más razón, pero que no saben hacerla llegar, el Golf Español que siempre ha comunicado muy bien hacia adentro, tiene, tenemos, que aprender a vender mejor a la sociedad nuestras bondades. Ahora bien, vender mejor no se debe confundir con exagerar cifras ni hinchar artificialmente datos. Aquí la clave va a estar en combatir la demagogia anti-golf, que la hay, y mucha, con rigor y con la puesta encima de la mesa de los valores, sociales, económicos, de salud, turísticos…que aportamos y que podrían sorprender a mucha parte de la población que todavía nos ve con recelo y con la etiqueta de “deporte de ricos”, de “viejos”, “aburrido”, y, sobre todo, de agresor medio-ambiental. Por tanto, enfoquémosnos en mejorar el relato y empecemos por la auto-crítica.
El Golf Español genera suficiente valor a la sociedad como para generar un relato que combata en parte a la demagogia contraria
2.- Recuperar parte del valor que creamos: Parece ya aceptado por todos los participantes del sector que nos encontramos con el contrasentido de que, por una parte, aportamos gran riqueza hacia afuera, al turismo, al inmobiliario, a los municipios…, y que, por otra, muchas de las empresas del sector, sobre todo los campos, sean deficitarias. ¿Cómo se podría revertir este desequilibrio entre lo que generamos y lo que se queda en nuestras cuentas?, la respuesta no es fácil, pero, por ejemplo, en USA ya se esta implantando en muchos casos que los titulares de viviendas que circundan un campo de golf, contribuyan con una cuota de mantenimiento aunque no jueguen. Esta política, que aquí podría parecer lejana, se ha avalado allí por si sola por la enorme pérdida de valor de las viviendas cuando el campo de golf que tenían de vecino se tuvo que cerrar, caso muy numeroso con la crisis del 2.008-2.009, y percibir que es mucho mejor ayudar a mantener el campo que el riesgo de su cierre o deterioro. Esta sería una de las opciones de contribuir a que los negocios de golf recuperen parte del valor que generan y no sufran lo que en muchos casos están sufriendo, con el agravante de ver como añaden un gran valor externo. Otras alternativas no son fáciles de implantar, aunque ya se ha conseguido un buen avance en algunas cosas, como en la revisión de los valores catastrales de muchos campos con la consecuente rebaja del IBI gracias a una muy buena gestión de la AECG, pero debemos seguir haciendo un importante esfuerzo de imaginación y creatividad para corregir ese desequilibrio entre valor aportado y valor recibido.
Hay que buscar fórmulas para que los campos de golf deficitarios perciban parte del valor que generan fuera
3.- Tratamiento fiscal: Este es un tema muy manido. El Golf lleva años, y ahora a través de la AECG con más insistencia, reclamando un tratamiento fiscal, en concreto en el tipo de IVA, más adecuado a su naturaleza de actividad benefactora de salud y bienestar. No parece fácil convencer a la Administración, sea del color que sea, de que cargar un 21 % a esta actividad es desproporcionado, pero creo que merece la pena seguir insistiendo en ello, ya que redundaría en mayor viabilidad para toda la industria.
4.- Desarrollo de más “fábricas” de jugadores : El número de jugadores sigue siendo la asignatura pendiente del Golf Español. No parece lógico que con el buen clima, el prestigio de nuestros jugadores profesionales, la calidad de muchos de nuestros campos y otros muchos factores positivos, solo juegue al golf en España un raquítico 0,6% de la población, cuando en muchos de de los países de nuestro entorno, Suecia, Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda…tienen ratios superiores al 2-3% a pesar de tener muchas circunstancias peores que las nuestras. ¿Cuál es la fórmula mágica para revertir este déficit que parece crónico?, si la respuesta fuera fácil seguro que ya se habría aplicado, pero si que hay algunas cosas que se pueden hacer, ya que cuando se hacen parece que funcionan. Es el caso de la creación, casi siempre con iniciativas público-privadas, de lo que podríamos denominar como “fábricas de jugadores”, complejos que cuentan con un buen driving-range y unos hoyos cortos, y que no requieren grandes superficies de terrenos, ni grandes inversiones. Los casos del Centro de Tecnificación de Madrid, la Cartuja de Sevilla, Arco Sur en Zaragoza, la Cancha Pública de Pamplona y otros parecidos, están dando muy buenos resultados en lo referente a incorporación de nuevos jugadores. Aunque no es fácil convencer a una Administración Pública de que ceda un terreno y/o invierta en una instalación de este tipo, si parece que es posible avanzar por ahí. Otro punto que nos genera optimismo es la llegada a España, que esperamos se concrete pronto, de proyectos como el de TopGolf que seguro revolucionaría la imagen del golf en grandes capas de la sociedad. En fin, que no debemos resignarnos a estar permanentemente rozando la cifra mítica de los 300.000 jugadores, ya que condiciones tenemos para muchos más, y experiencias de éxito suficientes como para no tener que “inventar la rueda”.
En los casos en que las Administraciones Públicas han contribuido, con cesión de suelo o invversión, al desarrollo de nuevas «fábricas» de jugadores, se ha generado un gran incremento de nuevos golfistas y se ha generado valor para todos los implicados
5.- Campos más fáciles y más naturales: Otro punto interesante es el de la dificultad de los campos. No vamos a cuestionar la idoneidad de que sigamos teniendo campos tan exigentes como ya tenemos varios, como para celebrar grandes competiciones de carácter profesional tanto nacionales, como internacionales, pero eso no quiere decir que todos los campos tengan que tener ese grado de dificultad. Estamos viendo que una gran mayoría de los jugadores, locales, y todavía mas los turistas que vienen a jugar, tienen hándicaps medios y altos, y que no disfrutan al máximo al encontrarse con pares 3 de 200 metros con un lago delante, por lo que sería muy positivo, por una parte, en los campos existentes incorporar una estrategia de distintos tees adecuándolos a las distintas categorías de jugadores, eliminar algunos bunkers que dificultan en exceso el juego y otras actuaciones que favorezcan el disfrute de cualquier tipo de jugador, y, en lo referente a nuevos campos que no se conceptúen siempre con la expectativa de acoger la Ryder. La dulcificación de los campos, ya sea estructural u ocasional con diferentes tees, puede favorecer mucho a esa gran base de golfistas que tienen como aspiración principal el pasarlo bien. Otro punto importante, y lo estamos viendo nada menos que en el US Open en Pinehurst, es que tenemos que acostumbrarnos a campos más naturales, con menos zonas regadas y con más superficies naturales, esta tendencia además de abaratar los costes de mantenimiento, nos congraciaran más, aunque siempre habrá detractores, con los que nos acusan de enemigos del medio-ambiente.
Como siempre, seguro que hay muchos otros factores que se podrían esgrimir como claves para el progreso del Golf en España, pero creo que los expuestos nos pueden servir como una primera base de reflexión, y si generan consenso, para acometer un plan de acción potente para llevarlos a cabo.
Muchas gracias por la atención
Francisco Aymerich
CEO
Golf Business Partners