Ronnie Simpson – Shipyard Brewing @globalsolochallenge
Los desafíos son el pan de cada día para los quince competidores navegando en el GSC. La selección natural, que ocurrió incluso antes de cruzar la línea de salida en A Coruña, fue implacable para estos pocos elegidos. De una lista inicial de casi 60 candidatos, sus proyectos lograron zarpar después de una preparación meticulosa y desafiante. Ahora, finalmente inmersos en la acción, la lucha por defender y llevar a cabo su sueño no ha terminado. Los factores que influyen en el éxito de una vuelta al mundo en solitario sin escalas son numerosos y a veces impredecibles. Todos los patrones son navegantes experimentados con años, o incluso décadas, de experiencia en el mar, aunque no todos han navegado en los mares del sur. Sus embarcaciones están equipadas para enfrentarse a los océanos más duros en solitario dentro del marco de un exigente reglamento para participar en el evento. Sin embargo, existen muchas variables incontrolables, incluyendo las condiciones meteorológicas, que son predecibles pero no siempre fáciles de gestionar. Otro aspecto importante a considerar es la capacidad de anticipar todas las posibles averías y enfrentarse a cada imprevisto. La disponibilidad de recursos económicos durante la etapa de preparación del barco también juega un papel importante, ya que no ha sido igual para todos e inevitablemente también afecta a la posibilidad de tener a bordo más o menos piezas de repuesto así como equipos redundantes para enfrentarse a las inevitables averías después de la salida.
Las escalas técnicas están permitidas por el reglamento con el objetivo de no poner a los patrones en la difícil posición de tener que tomar riesgos innecesarios solo para evitar ser descalificados o excluidos del ranking final. Cada escala está sujeta a una significativa penalización de tiempo para mantener equitativo el aspecto deportivo del evento, evitando así crear una dinámica de “todo o nada” en relación con el proyecto en su totalidad, dejando abierta una rendija de esperanza incluso frente a lo imponderable.
Hace dos días, Dafydd Hughes, a bordo de su Bendigedig, se vio obligado a hacer escala en Hobart debido a problemas con el sensor del piloto automático, que no podían ser resueltos en el mar. Dafydd ha demostrado grandes habilidades marineras, que le han permitido navegar la mitad de su vuelta al mundo, cubriendo unas 12.500 millas en su Sparkman & Stephens de 34 pies. Su actitud positiva y fuerte determinación lo han ayudado a superar todos los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar. Estas cualidades fueron fundamentales para mantener la calma y tomar la difícil decisión de dirigir su embarcación hacia un puerto seguro, la única opción posible tras el fallo del piloto automático principal.
Ari Känsäkoski en su ZEROChallenge, tuvo que dirigirse a Ciudad del Cabo tras perder su vela solent, crucial para navegar de manera segura en un Class40 cunado hay mucho viento. Durante su escala, también realizará otras pequeñas reparaciones a su equipo, que ha sido duramente probado por las primeras bajas presiones a las que se ha tenido que enfrentar en los mares del sur. Edouard de Keyser, por otro lado, ha tenido que hacer tres escalas debido a problemas técnicos y actualmente espera, en Ciudad del Cabo, condiciones meteorológicas favorables para retomar la navegación. Ambos, como verdaderos marineros, han priorizado la seguridad propia y del barco, lo que les ha obligado a renunciar al objetivo de completar el desafío sin escalas, pero no a retirarse.
Surge la pregunta de qué es más decisivo para completar la enorme tarea de circunnavegar el mundo en solitario y sin escalas: la capacidad de gestionar los problemas técnicos o la fortaleza mental para mantener la determinación frente a desafíos constantes y condiciones de vida extremas. Hemos planteado esta pregunta a varios patrones, preguntándoles cuál creen que es el elemento clave para el éxito.
Muchos creen que es esencial encontrar un equilibrio entre ambos. Riccardo Tosetto, en el Obportus3, con una sólida experiencia como skipper profesional en yates de recreo en el Mediterráneo, piensa que tanto la fortaleza mental como las habilidades técnicas son necesarias en una vuelta al mundo. Durante la travesía, a bordo de la embarcación inevitablemente surginarán problemas, a menudo electrónicos o relacionados con el desgaste y averías, como roturas de componentes, timones o velas. Al mismo tiempo, mantener la calma y la concentración para resolver cada problema de manera rápida y segura es fundamental. Riccardo ya ha tenido que enfrentarse a un fallo en uno de los dos anemómetros y está intentando repararlo por todos los medios. Además, encontró la solución para resolver el problema a uno de los hidrogeneradores y mantiene el segundo como reserva. “Es esencial tener respeto por el barco, considerando las muchas millas por recorrer. Empujar demasiado puede ser contraproducente. Romper una vela a un cuarto o a mitad de camino podría comprometer todo el proyecto.”
Para William McBrien, a bordo del Phoenix, que tuvo que llevar a cabo reparaciones en las velas, algunas de ellas nuevas, ambas cualidades son importantes. El carácter y la fortaleza mental son necesarios en primer lugar para alcanzar el objetivo. Luego, en el mar, también se necesita conocimiento técnico para prepararse para una regata de este tipo y experiencia para reparar las cosas que podrían romperse. William también destaca la importancia de discernir entre lo que no puede ser reparado y lo que sí puede ser solucionado, para luego establecer un plan de acción adecuado. “Para mí, la redundancia de piezas de repuesto es esencial; estoy muy satisfecho de tener dos pilotos automáticos y dos actuadores a bordo. Espero poder mantener mi objetivo de navegar sin pararme”.
Alessandro Tosetti, en su Aspra, también está llevando una navegación conservadora y cuenta que mientras otros van en busca de depresiones poderosas, él prefiere quedarse en las calmas. Se considera más un navegante y explorador de lugares y experiencias, en lugar de un competidor en el sentido clásico del término. Para él, la vuelta al mundo “es una aventura apta para jóvenes y fuertes, pero no solo, porque es fundamental tener experiencia y resiliencia. En cuanto a la virtud moral, o se tiene o no; sin embargo, poseer ambición y determinación realmente puede marcar la diferencia y llevar lejos.”
Pavlin Nadvorni, navegante búlgaro en Espresso Martini, se está enfrentando a numerosas dificultades técnicas en su viaje y ahora está frente a uno de los desafíos más exigentes, después del problema con el piloto automático. Recientemente tiene un problema en el cojinete del eje del timón, muy difícil de resolver en navegación. Después de largas y difíciles reflexiones sobre el futuro, hace un par de días celebró el logro de doblar Cabo de Buena Esperanza y entrar en el Océano Índico dejando correr “a rienda suelta” Espresso Martini. El miércoles llevó a cabo la reparación. Los dados están echados: o logra resolver el problema y continua su viaje o tendrá que hacer rumbo a Varna, desde donde salió. Es difícil sondear en las profundidades humanas, pero lo que parece emanar de Pavlin es una gran fuerza mental y una integridad y lucidez extraordinarias. Sea cual sea la ruta que deba tomar, en el GSC está demostrando tanto grandes competencias técnicas como una determinación indomable.
Algunos patrones, incluyendo a Louis Robein, Kevin Le Poidevin y Philippe Delamare, enfatizan sobre todo la importancia de la fuerza mental, un recurso que no puede ser adquirido o delegado a otros, sino que debe ser intrínseco y se fortalece a través de la experiencia y las competencias.
Louis Robein, a bordo de Le souffle de la mer III, que recientemente celebró haber doblado el primero de los tres grandes cabos después de dos meses en el mar, cree firmemente en la fuerza mental como la clave del éxito. Recuerda un episodio al principio de su GSC, cuando después de una trasluchada involuntaria, la torreta de la timonera cayó sobre el carro de la mayor, impidiéndole ajustar la escota. Se encontraba sin ideas y un poco desesperado, sin poder usar la vela mayor. Sin embargo, cuenta que fue precisamente en el momento en que comenzó a creer de nuevo en sí mismo y a confiar en su capacidad para encontrar una solución, y logró idear e implementar un remedio temporal, a pesar de no tener competencias específicas en estratificación o conocimientos sobre las características de la resina epoxi. “Es gracias a la fuerza mental que se pueden realizar acciones impensables. La técnica, esa se puede adquirir, practicando. La primera vez se explora, se aprende y luego se perfecciona.”
Kevin Le Poidevin a bordo de Roaring Forty, considera que para enfrentarse a desafíos como el GSC es fundamental tener la fuerza mental para superar obstáculos y mantener una actitud positiva, a pesar de las críticas y dificultades que se encuentran por el camino. Al mismo tiempo, subraya la importancia de tener una formación técnica y competencias específicas, no solo para realizar reparaciones, sino también para comprender a fondo los sistemas del barco. “Hay cierto equilibrio entre estas dos componentes a no ser que exista la posibilidad de delgar los problemas técnicos a un equipo de soporte en tierra que asiste y guía. Sin embargo, el coraje y la fuerza mental son cualidades personales no delegables; son fundamentales y van más allá de las competencias técnicas, y para mí son prioritarias.”
Philippe Delamare, capitán de embarcaciones de recreo con gran experiencia, ha demostrado tener una clara percepción de cuándo es el momento de empujar al máximo y cuándo es necesario actuar con cautela, asegurándose de que Mowgli, su Actual 46’, permanezca en condiciones óptimas para el resto del viaje. Su filosofía está en sintonía con la visión de Kevin; de hecho, afirma que la fuerza mental y la técnica son elementos inseparables. Incluso el más hábil desde el punto de vista técnico puede rendirse si carece de una sólida motivación. Hoy en día, en la mitad de las situaciones, un equipo en tierra bien coordinado y estructurado puede ofrecer las soluciones técnicas adecuadas. Sin embargo, es la fuerza mental y la determinación lo que hace la verdadera diferencia, cualidades intrínsecas y fundamentales para enfrentarse a las continuas dificultades, especialmente cuando estas se presentan una tras otra, poniendo a prueba la paciencia. Esto incluye también la capacidad de aceptar tener que navegar solo al 80 o 60% de las capacidades de su embarcación, y de reconocer que alcanzar incluso solo una parte del objetivo original es, en sí mismo, un logro notable. Los momentos difíciles serán inevitables, pero Philippe está convencido de que, incluso cuando la determinación y la fuerza mental disminuyan, encontrarán seguramente el modo de volver.
François Gouin, a bordo del Kawan 3 – Unicancer, aún no ha tenido que depender de su fuerza mental para llegar donde está. Cuenta que todo ha ido ‘normalmente’, aunque ha tenido que gestionar dos averías que podrían haber comprometido su viaje: el motor inundado y el carril de la vela mayor desprendido. Por suerte, ambas reparaciones resultaron efectivas. François ha definido estos primeros cuarenta días como una primera etapa “técnica” durante la cual se ha sumergido en la navegación en solitario. Ha comenzado a adquirir confianza y a entrar en simbiosis con Kawan3, su barco, para crear buenas bases para los desafíos futuros. Cuenta que el descenso del Atlántico ha sido largo y un poco laborioso, pero el paso de la longitud 0° y la perspectiva de doblar el primer gran cabo, Cabo de Buena Esperanza, representan hitos importantes para él. En los últimos días, ha dedicado mucho tiempo a la preparación del barco para enfrentarse a las difíciles condiciones del sur, que, según él, requerirán un mayor esfuerzo psicológico.
Incluso aquellos que no han tenido que enfrentarse a problemas técnicos específicos han sido puestos a prueba en su GSC, tanto por las enseñanzas que imparte el océano, como por la frustración debida a los límites relacionados con el medio a su disposición o por una ardua preparación para encontrarse en la línea de salida.
Es el caso de Cole Brauer, la joven navegante estadounidense, que ha obtenido excelentes registros de velocidad y ha marcado una de las mejores medias diarias con 279 millas recorridas. Su barco está muy bien preparado y es ligero, y ella misma es una hábil patrona. Sin embargo, su primer knock down y una trasluchada imprevista, que la hicieron volar dentro del barco y golpearse, le han recordado la importancia de llevar el máximo respeto por el océano, este poderoso elemento que puede cambiar el destino de los competidores a su antojo.
David Linger, a bordo de Koloa Maoli, que parece haber finalmente encontrado el viento y está registrando buenas velocidades, se ha enfrentado a una prueba difícil debido a un problema de salud: cálculo renal. Afortunadamente, logró superar rápidamente este desafío con la asistencia proporcionada solo telefónicamente. A pesar del imprevisto, ha demostrado notable coraje y determinación.
Ronnie Simpson, a bordo de Shipyard Brewing, reconoce que su barco está lejos de ser perfecto y en condiciones ideales. Después de un mes en el mar, ha admitido tener varios límites al empujar al máximo el barco, experimentando cierta frustración. Para él, todavía hay mucho por mejorar; la carrera contra el tiempo para alcanzar la línea de salida le impidió preparar el barco como hubiera querido. De alguna manera, se siente limitado en demostrar sus habilidades de patrón en su Open 50. Hubiera preferido un barco súper optimizado y financiado que le permitiera competir en la cima. Sin embargo, Ronnie ha logrado superar en parte la frustración inicial y aceptar su situación. Consigue apreciar y estar feliz de ser parte de esta excepcional competición y de obtener de todos modos buenos resultados, conservando la esperanza de conseguir metas más ambiciosas en el futuro.
Habiendo salido solo hace veinte días, Andrea Mura a bordo de Vento di Sardegna está llevando su regata con maestría, manejando con habilidad la compleja estrategia necesaria para superar el anticiclón de Santa Elena. En el pasado, Andrea se enfrentó a la decepción de no poder realizar sus proyectos. Sin embargo, ahora, con resiliencia y perseverancia, ha logrado realizar su sueño de participar en el GSC. Ha utilizado todos los recursos disponibles para enfrentarse a este desafío, “ahora o nunca”. Aunque la preparación ha sido frenética y no ha podido perfeccionar cada detalle como hubiera querido, Andrea ahora navega llevando con orgullo la bandera de Cerdeña hacia los mares del sur.
Cada patrón con su propia historia, su particular estrategia para resolver problemas y su filosofía de vida nos ha ofrecido una visión de esta gran aventura que se está desarrollando en los océanos del mundo. Nosotros, los “terrestres”, solo podemos admirar tanto las capacidades técnicas como la fuerza mental de estos grandes navegantes, que independientemente del resultado final de la empresa, pueden ser considerados todos ganadores por haber encontrado el valor de intentar realizar su sueño.
Para leer las aventuras de cada patrón, se pueden consultar los blogs con relatos desde el océano: https://globalsolochallenge.com/es/blogs-3/Global Solo Challenge – Blogs
Además, si desean apoyar a un patrón y enviarle un mensaje personal, pueden entrar en el perfil del patrón y desde allí enviarle un correo: https://globalsolochallenge.com/es/inscritos/Global Solo Challenge – Participantes
Para mantenerse actualizados sobre la posición de los competidores, está disponible el tracker en la página web del GSC: Global Solo Challenge – Tracker o descargando la aplicación “YB Races” que permite seguir las posiciones desde el móvil.