El Orianda, durante la frustrada jornada inaugural de la Copa del Rey Repsol en Mahón. Foto: Oriol Esteve.
Cada año llegan a Menorca nuevos veleros que quieren descubrir la Copa del Rey Repsol de Barcos de Época que organiza el Club Marítimo de Mahón. Una de las joyas presentes por primera vez en esta edición es el Orianda, una goleta botada en 1937 en Dinamarca y con una de las vidas más azarosa entre todos los veleros que han acudido a la gran cita de la vela clásica: pasó por la Segunda Guerra Mundial, fue capturado por los nazis, sirvió de inspiración para una estrella del rock y un incendio estuvo a punto de acabar con su vida marinera.
El Orianda es una goleta de 26 metros que nació con otro nombre, Ragna IV, cuando fue diseñado como crucero de regatas por Oscar W. Dahlstrom y construida en los astilleros, ya desaparecidos, de Carl Andersen en Faaborg. Algunas fuentes aseguran que había sido encargado por el rey de Dinamarca o por el duque de Oresund. Sin embargo, el que constaba oficialmente como su primer dueño fue realmente Ole Sundo.
La goleta fue reclutada para participar en el exiguo esfuerzo bélico danés contra la Alemania nazi. Finalmente, el Ragna IV fue capturado por los invasores durante la operación Weserübung, la ocupación alemana de Dinamarca y Noruega, que comenzó el 9 de abril de 1940 y que apenas encontró oposición.
Finalmente, el velero fue hallado abandonado en la costa en 1944 por el barón Johan Otto Raben-Levetzau. Estaba en muy mal estado, pues había perdido sus dos mástiles. El propietario original se lo vendió al barón, que se encargó de llevar a cabo la primera restauración del todavía llamado Ragna IV. Fue el propio Raben-Levetzau el que en 1952 cambió por primera vez el nombre del barco, convirtiéndose en el Sabina.
El yate pasó después a ser propiedad del embajador de Grecia en Dinamarca y de otros armadores de los que apenas se sabe nada, hasta que en 1981, habiendo cambiado las frías aguas por una base en Antigua, fue nuevamente bautizado con el nombre de Orianda. Lo compró entonces una estrella del rock, Neil Pearl, letrista y batería del grupo Rush, quien en su biografía cuenta que estando fondeado en las Islas Vírgenes le llegó la inspiración para componer varias canciones que posteriormente se harían muy populares.
El músico vendió finalmente el velero a Peter Phillips en 1987, que no pudo empezar de peor manera la propiedad de tan espléndida embarcación, pues al día siguiente de la compra, el Orianda sufrió un grave incendio en las Islas Vírgenes que estuvo a punto de poner punto final a su existencia. Sin embargo, el nuevo armador lo recuperó y lo disfrutó hasta 1991, cuando lo vendió a un empresario inmobiliario que mantuvo esta joya de la náutica durante dos décadas.
Finalmente, el Orianda fue sometido a una total restauración hace poco más de una década y ha conseguido recuperar su inicial esplendor y vida marinera participando habitualmente en las pruebas del circuito de vela clásica. Su propietario actual es el italiano Iginio Angelini, quien le confía la caña a su compatriota Tommaso Crisi.