Manuel Recio Abad. suiteinformación.- Los regímenes dictatoriales han tenido diversos orígenes a lo largo de la historia. Hay sin embargo una característica común a todos ellos: los dictadores llegaron al poder o se mantuvieron a través de la fuerza. También la insensibilidad por el daño que causaron es entre todos ellos, característica compartida.
El dictador no debe ser confundido con el monarca absolutista. Tampoco es un dictador un presidente de gobierno en una democracia que únicamente sobrepasa los límites del control parlamentario y judicial. Es decir, acaba con el Principio de División de Poderes. No estamos en este caso ante una dictadura, no, sino sólo ante una autocracia, en la cual la voluntad de una sola persona acaba siendo la ley suprema.
El gobierno español ha comenzado su deriva hacia la autocracia, al entenderse desde el poder, que la libertad de opinión supone un ejercicio estéril y peligroso en una auténtica democracia. Bulos y verdades como puños se mezclan a diario en miles de páginas publicadas en internet en las que se vuelcan opiniones y noticias. También a través de internet se manipulan masas (solo recordar lo ocurrido tras los atentados del 11 M), engañándolas con datos y cifras (en el CIS son maestros en ello), se reciben citaciones de las administraciones y se cometen a diario cientos de miles de estafas a confiados ciudadanos que son engañados por delincuentes que impunemente pululan por la red y que no dudan para ello en suplantar identidades, copiar auténticos anagramas, códigos y números de entidades bancarias.
Solo nos queda llorar ante esta realidad y Pedro Sánchez ya se ha dado cuenta de ello porque lo está sufriendo en sus propias carnes. Tratándose de él, excepcional como siempre, se tomó cinco días para reflexionar sobre si se secaba las lágrimas en la Moncloa o bien seguir llorando de por vida en un medio que le es hostil y sin poder deambular por las calles como un ciudadano más, sin oír alguna queja o algo más fuerte. El primer día lloró, al siguiente día lo lamentó, al tercero sonrió, al cuarto se enfadó y al quinto dijo eso de -ahora se us vais a enterar todos de quién soy yo-
Punto y a parte. En ellas estamos.
Lo de los jueces es más fácil. Basta un real decreto de esos inconstitucionales PMC (Por Mis Coj…) y modifico la composición del Consejo General del Poder Judicial, doy después unas palmadas llamando a filas a un grupo de abnegados y progresistas jueces para la democracia y colorín colorado las órdenes de investigación a destiempo, se han terminado.
Acto seguido, cayó en la cuenta de que SM el Rey se habría auto incluido entre la ciudadanía, leyendo la carta escrita por su negro literario y se decidió por hacerle una visita personal poniendo rumbo hacia el palacio de La Zarzuela. Me han enviado la transcripción de la conversación mantenida: -Majestad, vengo a decirle que he venido para decirle que no hacía falta venir.
-¿Cómo?
-Sí, que vengo para decirle que me quedo.
-Ah. ¿Y para qué vienes?
-Pues eso. Para decirle que vengo a decirle que no hacía falta que viniera.
-¿Y vienes para decirme que no tenías que venir?
-Exacto. No era necesario que viniera, pero he venido.
-¿Y qué quieres, entonces?
-Nada, porque no tenía que venir.
-Pero has venido.
-Sin tener que venir.
-Bueno, pues vete.
-Pero ¿dónde voy? ¿Dónde tenga que ir o donde no era necesario que fuera?
-Pues mira, vete a la mierda.
A partir de ahora se avecina eso que los meteorólogos llaman un “brusco tobogán térmico“ porque no hay hijo de vecino que sepa dónde está, ni para que vino a este mundo en España, ni si vive en democracia o en….otra cosa que sólo una parte mínima de la población, leída y estudiada, sabe lo que es. Al resto, eso que llaman pueblo llano, le da igual.
Porque la culpa de lo que está ocurriendo en España, no se olvide, solo la tiene la propia ciudadanía. Disfrutamos de lo que nos merecemos en general y sin exagerar. Se es lo que se come y se vive en lo que se vota. La sociedad española está muy estudiada y analizada por la inteligencia artificial y por la otra, de la que dicen van quedando trazas.
Dividir a los españoles con Pedro Sánchez de nauta, en dos bandos es muy fácil y ya lo estamos comprobando. Aquello que se consiguió en la Transición con Adolfo Suárez al frente era mucho más difícil y ambas cosas se han conseguido con el mismo pueblo.
¿O no?