Manuel Recio Abad. suiteinformación.- La enésima amenaza sanchobolivariana consiste en un próximo paquete de medidas para alcanzar una pretendida calidad de nuestra democracia. Esta fue la letra que a capella cantó Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, al son palmero y los “tutuá” emitidos por la ministra de hacienda y vicepresidente primero del gobierno. ¡¡Que vergüenza!!. Una muestra más del mal estilo de la extraterrestre Montero que cada día, al aplaudir, siempre fuera de control, separa más su dedo meñique del resto de la mano. ¿Terminará comiendo roedores crudos? Con toda seguridad lo hará, si así se lo pide su venerado jefe.
Acostumbrados al espectáculo semanal de la bancada azul, pudo advertirse en la última sesión de control, un nuevo intento por deteriorar la imagen de la leal oposición, sumando artificialmente a ella la agrupación política sorpresiva que lidera el radical Alvise Pérez.
Pedro Sánchez es un cadáver político demócrata, pero no lo es en absoluto si corta el traje con su patrón. Se le está dejando convertir la democracia española en un injerto de vara bolivariana y le está saliendo bien, porque él agarra el balón con la mano cuando quiere y al resto les está prohibido hacerlo, porque del Rey abajo todos se la cogen con un papel de fumar. Nadie le ha dado un buen serretazo en la nariz y por eso campa por sus respetos. No tiene límites. Ya lo controla todo, menos a algunos medios y profesionales de la información, las redes, jueces y magistrados y….el ejército. Cuando lo controle todo, a eso dirige sus esfuerzos, vendrá el llanto y el crujir de dientes.
Estamos ante un personaje desquiciado, mentiroso y muy osado, al cual ni el Jefe del Estado se atreve a toserle. Crea ficción mejor que un guionista de cine y en base a ello monta sus discursos. Lo peor es que la oposición entra al trapo. El liberalismo, la democracia cristiana, el centrismo han dejado de existir porque todo lo globaliza y tilda de extrema derecha, sólo son partidos ultras contrarios a su progresismo que quieren enfangar.
¿Hasta cuando tendremos que soportar esto? Está construyendo una división muy peligrosa que se radicaliza por días. Falta rigor y seriedad en el análisis de lo que está ocurriendo. El mensaje que recibe la ciudadanía no es el correcto, le llega viciado y cargado de odio tendencioso y estupidez. No se advierte del serio peligro que estamos corriendo todos, también los millones de votantes que votan a este espantapájaros de solapa fina. Cuidado; hemos entrado en un camino peligroso de difícil vuelta atrás. La paz es lo más importante para una nación y se están dando todos los condicionantes para que esta sea prácticamente imposible de preservar.
Ver con impotencia y pasividad como la democracia se autovence por no disponer de un sistema real de protección, no lleva a nada. Los días van pasando y entre cohetes económicos, datos engañosos y amenazas de absoluto control, vamos tirando por la borda todo lo que se ha conseguido desde aquel 1978 hasta ahora.
Aquello sí que tuvo calidad democrática.