Manuel Recio Abad. suiteinformación.- La palabra corrupción es la más repetida últimamente en todos los medios de comunicación y redes sociales. No es casual, ni fruto de la creación de bulos y fango. Ni de esa extrema derecha inventada por quienes no quieren reconocer el alto voltaje que hoy corre por la red, resumen del hartazgo de millones de españoles ante los desmanes gubernativos.
La moción de censura organizada por el PSOE los días 31 de mayo y el 1 de junio de 2018, supuso que por primera vez, una moción de censura prosperara desde que se instauró el régimen democrático en 1978. Se fundamentó en los casos de corrupción en los que se había visto implicado el Partido Popular, destacando el llamado caso Gurtel, la contabilidad paralela en dinero negro, con Luis Bárcenas como principal protagonista. Pedro Sánchez fue nombrado por el rey Felipe VI nuevo presidente del gobierno de España, después de que Rajoy presentase su dimisión. Las mismas turbulencias que afectan hoy a su gobierno sanchista , pero que no parecen ser suficientes como para ordenar disolver ambas Cámaras y convocar elecciones generales. La demagogia utilizada a diario por los parlamentarios socialistas e independentistas está socavando irremediablemente los cimientos sobre los que se ha asentado nuestra democracia. El respeto, la tolerancia, la cortesía parlamentaria y la verdad brillan por su ausencia. La caza de brujas no cesa y parece que todo se confunde y más lo real con lo imaginario.
Comportarse como trileros mostrando una bolita que nunca está donde debe, es el camino exacto para no llegar a ningún sitio. No se ve ninguna estrategia en el PP que sea clara, bien diseñada y predeterminada para alcanzar el poder. Bailar al son que tocan los músicos del PSOE es un seguro para permanecer sine die en la oposición. Si es eso lo que se persigue, enhorabuena, no se puede hacer mejor. El tiempo irá dando la razón a posiciones conservadoras alejadas del social comunismo y de los movimientos separatistas y el elector tendrá que decidir con determinación apoyar a gestores comprometidos con la solución inmediata de los problemas endémicos que nos afectan y será entonces cuando el PSOE no tenga otra salida que soltar el lastre que hoy le mantiene en el poder, porque es imposible hacer una política seria sometido al continuo chantaje basado en el “ qué hayde lo mio”.
España tarda en reaccionar y se retrasa en adoptar las modas, pero al final las acepta y se imponen. Si no cambian las circunstancias pronto veremos anunciar un compromiso PP-PSOE. La otra solución posible es que se produzca un cambio en la presidencia y Nuñez Feijóo sea sustituido por Isabel Diaz Ayuso. En su cabeza no hay sitio para complejos y el cordón sanitario se lo colocará ella al conglomerado Frankestein que es , así se ha demostrado ya, lo auténticamente peligroso para España .
Sánchez y Feijóo, así se les conoce, sólo se han puesto de acuerdo a través de Bolaños y González Pons, para repartirse magistrados en la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Nadie ha entendido la decisión entreguista del PP y eso ha afectado muy negativamente la credibilidad e imagen de su presidente. De gran éxito sanchista puede calificarse ese acuerdo, pero carece de lo necesario como para inspirar confianza.
Hay problemas que exigen urgente solución y está no admite medianías ni componendas o arreglos pactados tendentes a salvar la imagen y los votos. La inmigración forzada y descontrolada daña a la vista, a los sentimientos más puros y valiosos del ser humano, pero también a la seguridad nacional y al orden público, a la economía… Migrar es un derecho pero hacerlo de forma no controlada provoca trata y tráfico de personas, abuso sexual, lesiones y enfermedades, discriminación y xenofobia, separación familiar ,imposibilidad de cubrir necesidades básicas y desapariciones, además del riesgo de volver a situaciones similares a la esclavitud.
Este sí que es un asunto fangoso y el gobierno pide ayuda conociendo que estará, cuál es su especialidad, provocando un conflicto más: la ruptura de los pactos autonómicos de gobierno de PP y VOX pues esta última formación no está de acuerdo con la política de fronteras abiertas ni el reparto de menores como si de jueces se tratara por el territorio nacional a cargo de los gobiernos autonómicos.
Sánchez y Feijóo están dando definitivamente la espalda al sentir de la inmensa mayoría de españoles. Su acuerdo les aboca a un destino paralelo tan incierto en cuanto al tiempo como determinado en su final.
Pero todo llega.