M. Recio. suiteinformación.– El poder abusivo suele ser la más contagiosa de las enfermedades. Cuando se aprovechan las partes blandas de un sistema de gobierno, que en la Grecia clásica se consideraba imperfecto cuál es la democracia, para retorcerla y adaptarla a intereses espurios, aparecen a lo largo de la historia dañinos personajes que pusieron en jaque a quienes bien se lo merecieron por, en algunos casos, ser sus libres electores.
La autocracia, como forma de gobierno, se produce cuando el poder político recae en una única persona.
El liderazgo autocrático nace cuando una persona, el jefe, toma todas las decisiones y transmite las órdenes a los demás sin tomar en consideración las opiniones de sus subordinados, aplaudidores todos, que piensan que a su sombra tienen garantizada su parcela de poder y sus pingües salarios. Votan al autócrata, apoyándole ciegamente en todo, olvidándose de su función representativa y la ejemplaridad debida, que pasa a un desvergonzado segundo plano.
La democracia es como una niña, menor de edad, que exige cuidados, alimentación, educación y vestidos. Si se permite que alguien la secuestre, descuide y manipule, todos somos responsables por permitirlo.
En una sola legislatura de cuatro años un país puede sufrir, en manos de una autocracia organizada, una transformación tal que incluso perpetúe la elección sistemática del causante durante lustros.
Con la niña secuestrada en su poder, hacen y deshacen a su antojo, ante el temor absorto y la inacción de quienes tienen la obligación de conseguir ponerla en libertad lo más rápidamente posible.
No se debe confundir a un líder con un autócrata. Líderes fueron Julio Cesar, Gengis Khan, Catalina II de Rusia, Abraham Lincoln, Mahatma Gandhi o Nelson Mandela.
Claros ejemplos de gobernantes autócratas fueron Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Fidel Castro, Robert Mugabe, Rafael Leonidas Trujillo, Mao Tse Tung y….Hugo Rafael Chávez, entre otros. Benefactores y malhechores, al margen de las simpatías personales o ideológicas que unos y otros despierten, que influenciaron políticamente por aceptación o por imposición en importantes áreas geográficas del planeta Tierra.
El chavismo, régimen autocrático impulsado por Hugo Chávez en Venezuela a partir de su acceso democrático al poder en 1999. La principal característica de esta forma de gobernar es el control de todos los poderes e instituciones y no dejar que nada ni nadie lo controle, todo ello basado en un populismo falso y lacerante.
Esa forma de gobernar ya está implantada en España y lo comprobamos a diario. Desconocemos cuál será la meta de esta descalabrada carrera de un gobierno que abusa, acusa y hace política obtusa, alejándose cada vez más de la sociedad.
El chavismo ya llegó y si nadie lo impide, amenaza con quedarse.