REDACCION. M. Recio. suiteinformación.- No será la primera ni la última vez en la que los españoles se amotinen contra sus gobernantes. Ya ocurrió entre el 23 y el 26 de marzo de 1766, durante el reinado de Carlos III. Las causas varias del descontento fueron, entre otras , la subida de precios de los alimentos, la sequía, la inflación y la subida de impuestos.
Como suele ocurrir, esta rebelión popular no se debió a un solo motivo. Don Leopoldo De Gregorio, Marqués de Esquilache, diplomático italiano, inspector de aduanas en Nápoles y más tarde Secretario de Hacienda del Reino, fue nombrado Secretario de Guerra en 1763. Fervoroso de la Ilustración, quiso imponer reformas de todo tipo mediante decisiones despóticas y actos contrarios a las costumbres más consolidadas entre el pueblo llano. El despotismo ilustrado fomentó una clara animadversión también en la nobleza.
Desde 1713, con el final de la Guerra de Sucesión se había vivido en España un largo periodo de cincuenta años de paz y prosperidad. Unas circunstancias asombrosamente similares a las actuales: sequía( aún no existía el cambio climático), carestía de los alimentos, inflación y….cabreo generalizado ante una forma de gobernar autoritaria y contraria a todos los estamentos sociales.
Esquilache supo granjearse la antipatía de todos, clero incluido. Pedro Sánchez y Don Leopoldo De Gregorio, Marqués de Esquilache, guardan muchas semejanzas. La ley de amnistía causa la misma indignación que en su día lo hizo la prohibición del uso de la capa larga y el sombrero de ala ancha. Nada tiene que ver el estatus político del Antiguo Régimen con el actual, la monarquía absolutista de entonces con la parlamentaria actual, la existencia de una Constitución de corte liberal aprobada no lo olvidemos por el 87,87% de los veinticinco millones de votantes llamados a las urnas.
Pero una democracia puede tornar en dictadura por una sola causa: no respetar las normas de autorregulación otorgadas por el refrendo de los propios ciudadanos. Cuando se dan las circunstancias actuales, el mal gobernante que abusa de su poder, incluso siendo el perdedor en las elecciones, provoca una reacción social difícil de parar.
España tiene una gran riqueza en su historia y esta es maestra en experiencias y soluciones para hechos luctuosos que a veces se han cerrado en falso y en otras se han dado sabias soluciones. La historia suele repetirse, aunque haya quien insista en desconocerla. Ayer los antidisturbios actuaron a modo de la guardia valona de Esquilache disolviendo a los pacíficos manifestantes que mostraban su descontento en las cercanías de lo que el PSOE llama eufemísticamente Casa del Pueblo, sita en calle Ferraz de Madrid.
Pues bien que cobró ayer el pueblo siendo gaseado y apaleado.
El motín de Esquilache fue resuelto por el rey Carlos III desde Aranjuez, sólo en parte. El señor marqués fue destituido y la guardia valona disuelta.
El motín de ESQUILSANCHEZ ….quién lo parara. M.Recio.