foto portada serie Daniel Boone
Manuel Recio Abad. suiteinformación.- La lengua española, me niego a llamarla castellana, es rica como ninguna otra. Cada palabra cuenta en el diccionario de la R.A.E. con dos o más sinónimos.
Hay dos términos que aparentemente son sinónimos y que sin embargo hacen mención a conceptos diferentes. Estas son “Tramposo” y “ Trampero”.
Quien hace trampas en el juego, es un embustero, petardista o mal pagador, es un TRAMPOSO . A aquel cazador que emplea trampas para lograr sus presas se le conoce como TRAMPERO.
Se puede decir que estamos ante un auténtico profesional de la trampa. No sabe ganarse la vida de otra forma que no sea vendiendo el producto de aquello que logra con quienes caen en sus mortales artilugios de caza.
En España a la trampa política se la ha dado en llamar “Ómnibus”. Un extraño nombre y poco esclarecedor, cuando se aplica a un tipo de ley, preñada de nueve meses y propuesta por el propio gobierno. Cuando un tramposo habitual de la acción política necesita para sobrevivir estar poniendo trampas a diario, se convierte en un TRAMPERO.
Pedro Sánchez empezó a ejercer de tramposo cuando engañó ni más ni menos que a su propio electorado. Sus votantes, ciegos partidarios, se quedaron con cara de tontos cuando hizo todo lo contrario de lo que se había cansado de repetir que nunca haría. Pero lo importante era ganar y esa fue su primera trampa. Sus zurdos admiradores encantados. “Mejor que nos engañe él a que lo haga un facha”, proclamaron. Como aquel grito: “que vienen los fachas”, le dio resultado y pingües beneficios, comenzó a leer libros de resistencia de tramperos americanos. Leyó “ Los Tramperos de Arkansas”de Gustave Aimard, “La Frontera Salvaje” de Washington Irving,”El Trampero” novela histórica escrita por Vardis Fisher y así sacó sabias conclusiones, que aplicadas burdamente a la labor parlamentaria de su grupo, dio como resultado proponer proyectos de ley-trampa destinados a su aprobación a cabeza caída por la mayoría Frankestein.
La última hazaña del trampero Sánchez ha sido una de esas leyes trampa denominada Ómnibus. Un bus con ni más ni menos que ochenta asientos, es decir una ley que aglutinaba ochenta mini leyes, que en nada guardaban relación entre sí. Un totum revolutum, un revoltijo, un batiburrillo de normas, una especie de mezcolanza, un sancocho jurídico o revoltura tipo PSOE, un zaperoco sanchista desvergonzado, que no ha tenido éxito, porque los diputados de Junts per Catalunya son separatistas, egoístas, insolidarios,cursis y cobardes, pero no tontos del todo. Como separatistas conservadores, están obligados a trazar claras diferencias, de cara a futuros comicios, con los republicanos izquierdistas cohabitantes en la Marca Hispánica.
¿Cómo han explicado la derrota los sesudos socialistas? Con el auxilio del trampero han vuelto a colocar otro artilugio, esta vez dirigido a cazar a los españolitos que quedan sin haberse enterado de la escasa catadura moral de quienes hoy nos gobiernan.
Se han lanzado a culpar a los “anti sociales” grupos parlamentarios de VOX y PP de haber hecho saltar la trampa. Al de Junts ni nombrarlo, cuando en el caso de haber votado afirmativamente hoy el PNV tendría su palacete parisino y la cesta de la compra estaría otra vez aumentada, amén de haberse producido una nueva subida de impuestos.
A partir de ahora el trampero tendrá que aguardar nuevos tiempos, quizá amañando resultados electorales, que en eso es un maestro, o bien convocando a los electores para acudir a las urnas el día de la Virgen de los Reyes. Todo es posible pues por mantenerse en el poder el aprendiz de discípulo de Nicolás Maquiavelo es capaz de todo, aunque eso le suponga no poder pasear por la calle sin ser abucheado e insultado.
Cuentan una anécdota sucedida en un hotel de Madrid cuando al matador de toros Rafael Gómez “ El Gallo” le presentaron a José Ortega y Gasset. El genio de Gelves preguntó quién era “aquel gachó con pinta de estudiao“ a lo que le respondieron: “Es filósofo”. “Filo qué, ezo qué e?” preguntó el matador. Alguien le explicó amablemente en qué consistía tal profesión y que era un señor que analizaba el pensamiento de la gente, que escribía libros orientados a conocer mejor el obrar de las personas. El Gallo, estupefacto, guardó silencio durante unos segundos. Después afirmó con la gracia infinita que poseía : “Hay gente pa tó”.
Tras observar y padecer todo lo que Pedro Sánchez está haciendo desde la secretaría general de su debilitado partido y desde la presidencia del Gobierno de España y las consecuencias que para él ,su familia y sus adeptos tendrán sus actos, sólo cabe concluir una cosa : que….