Manuel Recio Abad, suiteinformación.- Si hay un país democrático por excelencia en el mundo ese es, sin lugar a dudas, el Reino Unido de la Gran Bretaña. El Parlamento en Inglaterra se crea con forma unicameral ni más ni menos que en el año 1216, año en el que se convoca por primera vez, firmándose la Carta Magna, que consolidaba derechos de la nobleza permitiéndoles aconsejar al Rey en su toma de decisiones. Siglos más tarde el sistema evoluciona y nace así el bicameralismo dividido en Lores y Comunes. Escocia e Inglaterra se unen tras la firma del Acta de la Unión en 1707 creándose el Reino Unido de la Gran Bretaña. Gales ya pertenecía a Inglaterra desde 1284, firmando el Acta de Unión en 1536. Hay que distinguir el Reino Unido y la Gran Bretaña: Gran Bretaña está formada por Inglaterra, Escocia y Gales, mientras que el Reino Unido comprende Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
En 1931 se crea una mancomunidad de naciones, regida por el Estatuto de Westminster, denominada Commonwealth e incluye a Antigua y Barbuda, Australia, las Bahamas, Belice, Canadá, Granada, Jamaica, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, las Islas Salomón, Tuvalu y el Reino Unido. Un esfuerzo integrador de intereses políticos, económicos y culturales de antiguas colonias británicas. Son los restos asociados de un inmenso imperio que incluía la India, Pakistán, Birmania, Malaca, Borneo, Nueva Guinea y Singapur más todo el continente de Oceanía, es decir, Australia y Nueva Zelanda.
El británico se siente orgulloso de su pasado. Se muestra ufano y vanidoso al tratar acontecimientos históricos que les pertenecen. Poseen cualidades innegables. Son organizados, metódicos y muy aficionados a los reglamentos. En el aspecto deportivo han reglamentado el futbol, también otros de capital importancia hoy en día como son el tenis, golf, rugby, polo, críquet, bádminton y squash. El pueblo llano ha aprendido a respetar sus propias tradiciones y también las ajenas. La monarquía y la bandera son símbolos sagrados para los británicos. Aman a los animales con delirio, lo cual no quita para que en 1959 se fundara The Club Taurino of London, que defiende desde entonces las buenas relaciones con España y el mundo taurino.
Allí se encuentra el origen y la cuna de la libertad con mayúsculas. Endeterminado lugar de Hyde Park, Londres,se encuentra situado el Speakers’ Corner (en español, «rincón del orador»). En este lugar quien lo desee puede dirigirse al público que quiera oírle y decir lo que le plazca. Es un punto de realización de discursos y debates libres desde el año 1872.
El británico soporta pacientemente casi todo a sus dirigentes pues saben que no existe el voto cautivo o amañado, insufriblemente entregado y amarrado a determinado partido. Saben cambiar el destino de su apoyo en los sufragios alternándose por sonoras mayorías en el poder el Partido Conservador y Unionista(Conservative and Unionist Party) con el Partido Laborista (Labour Party). Tras el desastroso gobierno liderado por el conservador David Cameron, autor de uno de los mayores errores políticos de la historia de UK, cuál fue convocar un referéndum consultivo que supuso el punto de salida de la Unión Europea , conocido como “Brexit “. Las consecuencias económicas negativas de esta decisión aún están por evaluar. Se hizo cargo del gobierno Theresa May y más tarde le sucedió como primer ministro un periodista, Boris Johnson, que ha sido tachado como irresponsable en multitud de ocasiones. Nada aburrido, sus meteduras de pata fueron constante hasta que su partido le abrió la puerta de salida. Pero el daño ya era irreversible, tanto que su sucesor Rishi Sunak, un político británico joven, millonario y de ascendencia indú, que ejerció como primer ministro del Reino Unido desde octubre de 2022 hasta julio de 2024, nada pudo hacer por enderezar la caída en picado por la pérdida de popularidad y confianza en los Tories por parte de los electores.
Como hecatombe puede definirse el resultado de las pasadas elecciones para el Partido Conservador. La victoria de los laboristas comandados por el abogado Keir Starmer ha sido más que contundente. Tras catorce años de gestión conservadora y con un desgaste hasta la fecha desconocido, los laboristas consiguieron 412 escaños frente a los escasos 121 del Partido Conservador.
Dicen que Starmer posee una cualidad que le hace brillar por encima de sus oponentes: saber callar y escuchar. Con toda seguridad, dejando hablar a los demás y poniendo punto en boca haya conseguido una victoria sólo comparable a la de Tony Blair en 1997.
Bien puede calificarse como una gran barrida: “la barrida del silencio”.