Manuel Recio Abad. suiteinformación.– España forma parte de Europa, pero también está presente en el continente americano desde 1492 hasta nuestros días. La leyenda negra y sus efectos no han sido suficientes como para borrar la ingente obra desarrollada por los aproximadamente 100.000 españoles decididos a expandirse por el territorio del sur y meso America. Por lo tanto fuera complejos, nada por lo que pedir perdón y menos desde Zarzuela.
La nueva presidenta de los restos de Nueva España, Claudia Sheinbaum demuestra mala fe o un absoluto desconocimiento y reconocimiento de la herencia dejada por los españoles en el suelo que a diario pisa. Hernán Cortés y la inventora de la diplomacia moderna Doña Marina, cuyo auténtico nombre se desconoce, se unieron en un objetivo común: acabar con las atrocidades de los mexicas y su opresión sobre el resto de comunidades vecinas que veían como secuestraban haciendo prisioneros a un promedio de 40.000 coetáneos destinados a sus rituales religiosos consistentes en darles muerte, como se ha podido comprobar hace unos años. Una torre de 119 cráneos de hombres, mujeres y niños, dedicada al dios mexica Huitzilopochtli, apareció en unas excavaciones en la ciudad de México. Anteriormente ya se habían identificado otros 484 cráneos más. Los hallazgos se remontan a la época del tlatoani, nombre de los gobernantes mexicas, Ahuízotl, quien gobernó México-Tenochtitlan entre 1486 y 1502.
Un pueblo antropófago con rituales espeluznantes según narración del cronista Bernal Díaz del Castillo testigo de excepción de todo cuanto nos ha legado y la arqueología así lo está demostrando. La mejor defensa para algunos al pensar que es un buen ataque, les lleva a exigir un perdón que suena a risa, pues le llevamos la civilización a un pueblo que se encontraba en el paleolítico, en la edad de piedra, con religiones basadas en el asesinato y el canibalismo, a quienes aportamos la cultura de Grecia y Roma que sin la labor de España jamás la hubiesen conocido. El mestizaje fue otro logro importantísimo mas la labor evangelizadora, realizada por dominicos y franciscanos principalmente, siendo desde siempre los pobladores de estas tierras considerados como españoles.
¿De que hay que pedir perdón?
Los historiadores modernos dan una versión contraria a los hechos que en realidad sucedieron y tratan de minimizar las acciones de aquellos salvajes. Según ellos vivían en una Arcadia feliz cuando llegamos los españoles, nada parecido a la realidad. Lopez Obrador y Sheinbaum debieran apuntar hacia el mundo criollo y dejar de hacer juegos malabares con la historia pensando sólo en el voto fácil de aquellos que se niegan a estudiar y conocer su propia historia.
Mexico más bien debería llamarse Tlascala, pues han sido desde siempre más tlascaltecas que mexicas quienes poblaron Nueva España. Un cúmulo de afirmaciones distintas a la verdadera historia confunde desde hace años a los descendientes de quienes fueron protagonistas y aceptaron sin imposición entrar en la civilización europea abandonando ritos y costumbres que también en lo bueno fueron respetados y así se ha desarrollado durante más de cinco siglos una hermandad hispánica que es incuestionable, por mucho que unos políticos de tres al cuarto deseen tergiversar. Ellos pasarán y la España americana seguirá perpetuándose durante siglos.