Manuel Recio Abad. suiteinformación.- El ejercicio de la función pública, consistente en impartir justicia, ha estado históricamente rodeado de un halo tal de rigurosidad, imparcialidad, independencia, prudencia, profundo conocimiento del Derecho, ética y cortesía, que ha hecho de ella la que quizás podríamos calificar sin temor a equivocarnos como la mejor profesión entre todas, la más limpia y necesaria de cuantas funciones públicas existen. Sin una correcta administración de la justicia no hay nada.
Pero como todo en la vida, también esa función pública, que debiera ser impoluta, tiene un problema insalvable: Quienes resuelven mediante autos y sentencias son hombres y mujeres. La perfección está reñida con la condición humana. La interpretación previa a la aplicación de una norma, conlleva una carga. Esta carga es la aportación mental, ideológica del juez. Aún siendo la jurisprudencia importante por ser una de las fuentes del derecho, nada impide que una sentencia esté preñada de decisiones personales contrarias a lo que con anterioridad otros magistrados resolvieron como justas. Los conflictos de competencia entre ellos también se dan y no siempre acudir a instancias superiores garantizan una aplicación recta e imparcial de la ley. Con los fallos a veces se falla. Pero hay algo fundamental cuál es el respeto y acatamiento de los decisiones de los tribunales de justicia una vez terminado el procedimiento, ya sea civil, mercantil, penal o contencioso. De no ser así y generalizarse una posición social de no respeto hacia esas sentencias y sus contenidos, entraríamos en un camino muy peligroso hacia la destrucción del Estado.
Pero en realidad jueces y magistrados, que sólo se diferencian por su antigüedad en el ejercicio de la profesión, se agrupan en distintas asociaciones:
-Asociación Profesional de la Magistratura.
-Juezas y Jueces para la Democracia.
-Asociación Francisco de Vitoria.
-Foro Judicial Independiente.
-Ágora Judicial.
-Asociación Nacional de Jueces. La mayor de todas ellas es la que encabeza esta lista: APM y sus componentes son de clara tendencia conservadora.
La asociación Juezas y Jueces para la Democracia, JJpD son sus siglas, se fundó en 1984 y es una escisión de APM. Sus miembros se declaran abiertamente como progresistas. Manido e indeterminado concepto que trata de eludir la auténtica inclinación ideológica social comunista de sus asociados.
La asociación judicial Francisco de Vitoria, AJFV, engloba a 930 miembros de la carrera judicial y se declaran carentes de ideología política, algo imposible de imaginar pues las ideas buenas o malas son inherentes a la condición humana. Podría encasillarse en posiciones centristas.
Los integrantes de Foro Judicial Independiente llevan a gala su independencia. Ágora Judicial fue fundada por jueces y magistrados catalanes,con la finalidad de combatir la regresión de las libertades (sic). Parece una broma pero no lo es. Por último tenemos a la Asociación Nacional de Jueces que agrupa a los defensores de los derechos laborales de los miembros de la carrera judicial. Una figura similar a la de un sindicato sin serlo, pues no les está permitido. Lo forman una docena de jueces y vigilan que no se produzcan traslados forzosos por ascensos.
Este conglomerado asociativo resta, a mi entender, credibilidad en relación a la necesaria independencia judicial, así como a la carencia de intereses de carácter político. Genera así mismo una toma de posicionamiento diverso frente a decisiones gubernamentales. La falta de acuerdo y sus diferentes y encontradas afinidades ideológicas generan continuos y puñeteros rifirrafes que la inmensa mayoría de los ciudadanos ni entienden ni comparten.
Una nueva y complicada novedad viene a enturbiar más si cabe el complicado mundo judicial: Un tribunal que no es de rango superior, el Constitucional, no respeta y modifica sentencias emitidas por el Tribunal Supremo. La anulación de las sentencias Eres otro escandalizó más a la española protagonizado por el atractivo magistrado Conde Pumpido, histórico socialista hasta el tuétano.
¿Pistolas o espadas? El duelo está garantizado y la guerra judicial no ha hecho más que comenzar.
Aguardemos acontecimientos.