Manuel Recio Abad. suiteinformación.– En España otra vida es posible. Levantarse y sentir que todos progresamos y lo hacemos de verdad y no porque el Goebbels de turno nos lo bocee. No es posible que el conjunto de pobladores hispanos con derecho a voto tenga las mismas luces que las de cruce de una Lambretta. No mirar al frente con ilusión, pensando en el futuro de nuestra descendencia, hacerlo sintiéndose orgulloso de ser español, enterrar los miedos y las incertidumbres, impedir que te engañen, centrar que el pasado no vuelve y el futuro nos espera.
La propaganda diseñada por el gobierno socialcomunista cual cuento de “Pedro y el Lobo”, también conocido como “Que Viene el Lobo” o “El Pastor Mentiroso”, célebre cuento de Esopo, viene como anillo al dedo. Un joven pastor de nombre Pedro disfrutaba riéndose de todos los habitantes de su aldea pregonando el ataque de un lobo. Mentira, y lo hacía una y otra vez. Los personajes de este sencillo cuento para niños, guardan relación con el comportamiento del español ante la urna, paralizado, pensando en que viene el lobo de la extrema derecha, creación onírica de una mente tan interesada como calenturienta, resalta la importancia de la sinceridad, decir la verdad, no mentir porque cuando digas lo evidente nadie te creerá.
El manual de instrucciones de Pedro Sánchez rebasa el contenido más explícito de “El Príncipe” del florentino Nicolás Maquiavelo. La frase más famosa que se le atribuye es “El fin justifica los medios”. Sin embargo no hay constancia alguna de su autoría. Esta si puede afirmarse que es de su pluma: “De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas”, indica: “Trate, pues, un príncipe de vencer y conservar el Estado, que los medios siempre serán honorables y loados por todos; porque el vulgo se deja engañar por las apariencias y por el éxito”.
En el siglo XVI los gobernantes no eran elegidos ni cabía fabricar un salmorejo de intereses dando como resultado un poder de perdedores no elegido por el pueblo. Mandaban los reyes y sus validos. Por ello no se puede permitir volver a la época del poder absoluto alcanzado y ejecutado de forma tan indigna y carente de respeto como el que nos ha tocado disfrutar.
Sánchez no cumple y cuando lo hace es a base de engaños. Incluso miente y oculta decisiones personalistas a sus propios compañeros de gobierno, algo sencillamente gravísimo. Estamos ante un loco egregio? Genio y locura son dos conceptos que cuadran con el de creador y psicótico. Pero…y ¿quiénes le rodean? ¿también se han contagiado? La actuación del ministro Albares en sus dos últimos aquelarres diplomáticos así parece confirmarlo. El olvido de Montero, la ministra de Hacienda a la hora de vigilar los ingresos y pago de impuestos de David Azagra, hermano de Sánchez, funcionario exportado a Portugal, un número mas de la cabrita en el taco, también la sitúan entre los contagiados. Que decir de la vicepresidenta segunda Yolanda Sánchez alentando a Hamás a hacerse cargo de toda la antigua Canaán desde el Jordán al Mediterráneo, aprovechando el respaldo a actividades terroristas, al reconocer el estado fallido de Palestina.
La igualdad ante la ley, que sólo unos pocos jueces valientes e independientes se atreven a imponer, ha supuesto un duro golpe para el presidente. El canto del loco hoy debe ser suave, casi inaudible cuando trate de explicar en el Congreso de los Diputados su enésima mentira sobre el momento en el que conoció la calificación como investigada de su mujer Begoña Gómez. Pero no será así.
Dmitri Mevdéved, es el nombre de un político ruso muy de la confianza de Putin, su valido, diría yo y fue presidente de Rusia entre 2008 y 2012 y primer ministro ruso entre 2012 y 2020. El 15 de enero de 2020 presentó su dimisión pasando a ocupar el cargo de vicepresidente del Consejo de Seguridad.
El cuento de que viene la extrema derecha en la que Sánchez engloba a todas las ideologías no socialcomunista, está ya muy manido. Dimitri, perdón, dimita, abandone el totalitarismo con el que acusa a otros y convoque elecciones generales.