REDACCION. Pablo Barrón.- Cuando mi amigo Xavi Altamirano me comento que estaba creando un digital y que entre otras cosas se informaría de motor. Enseguida mi cerebro se embriago de recuerdos. Después llego la decisión de con quién empezar y ambos tuvimos claro que había que empezar por el Tiriti Cardús.
Carlos Cardús es de esa generación que nos emociona a los que ahora peinamos canas pero en esos 90 nos comíamos el mundo.
Yo era ya un privilegiado por que el destino me dio la oportunidad de vivir los G.P de Motociclismo desde dentro y con la posibilidad de hablar con los héroes del momento. El dominio español era aplastante, en todas las cilindradas menos en las 500 donde EE.UU por cultura y otras cosas que no corresponde ahora tratar. Paro ya, por qué me toca hablar de mi amigo Carlos Cardús. Y con el empiezo esta opinión.
Tres talentos con tres formas radicalmente distintas de afrontar la vida y el deporte que dominaban, dividían España en 250 c.c. Sito, Joan y Carlos, nos paralizaban con sus apuradas de frenada y sus adelantamientos inimaginables para el común de los mortales, dicen los que los veían en la tele que se levantaban del sofá. Las gradas de los circuitos sobre todo en España estaban también coloreadas por sectores con los distintos “tifosi”. Todos recordamos el primer domingo de mayo en Jerez, por hablar del mas espectacular.
Conozco a los tres, a unos mejor que a otros, de los tres podría decir muchas cosas, no desvelare mi favorito, pero me encanta detenerme en Carlos. Con “tiriti” me une una amistad que conservo en la actualidad y me consta que es reciproca. Como piloto no voy a descubrirlo, pero si hablare de mi relación personal. (años después me dijo, que siempre me encontraba observando y eso le llamo la atención).
Carlos fue sin duda el que mejor me trato, y lo que es más importante sin yo pedírselo.
En esos años ya llevaba yo unos cuantos en este lio de informar y entretener, y fue Carlos el que se fijo en mí. El que siempre estaba para contestar mis preguntas, para explicarme siempre su punto de vista, nunca una mala palabra ni un mal gesto. Recuerdo un final de jornada en San Marino, el año anterior al fatídico Australia 90, me grito “gallego vente” reconozco que se me helo la sangre, en los segundos que tardé en llegar a saludarlo pensé en lo que había podido llegar a molestarle en aquellos años del minuto como mucho en todos los informativos. Nada de eso, solo quería invitarme a la fiesta del equipo de esa misma tarde/noche, a pesar de terminar 4, los patrocinadores querían contacto con los VIPS, ese día me convirtió en uno más. Fue a partir de ahí cuando a mi admiración se le sumo la entrañable amistad.
Lo de Australia que cuenta hoy, tardo años en decirlo, con claridad me lo contó a mí por primera vez ya el retirado para mi programa de Motor de la extinguida Intereconomía TV. De ese día solo recuerdo que llore con él dentro del Box a puerta cerrada con solo su gente de confianza, pero a mí ese día no me dijo nada. Como digo años después lo recuerda y lo cuenta sin ninguna acritud, sacando esa nobleza que solo los amigos conocemos y que para mi lo hace mas grande.
Su última carrera fue en su tierra Cataluña 93, sin terminar la temporada desilusionado y engañado por alguien que no llegue a conocer y que lo convenció para empezar la temporada en blanco y después llegarían los patrocinadores, 60 millones de pesetas le costo la broma. Un divorcio complicado, pierde las famosas gasolineras, y algún que otro tema
Después de esto deje de verlo muchos años, solo alguna llamada puntual para alguno de mis proyectos.
Fue en mis años en Barcelona cuando retomo contacto y me encuentro al mismo ser humano que había conocido en sus años de gloria, preocupado por sus dos sobrinos que ambos empezaban a ser pilotos los hijos de su hermano Luis, preocupado por su madre, y muy actualizado con el deporte que ama.
Estos años seguimos hablando, sus aportaciones al programa Motor en Vivo de Intereconomía, que hacia solo para mi le hizo remover todo, me hablo de sus rivales y amigos Sito y Joan, y sobre todo me hablo de un tal Márquez, que no se si os suena, al cual se lo presento su padre una mañana en Castellolí (que estaba yo presente pero no me entere del motivo por que apareció Randy Mamola con su hijo Dakota y me entretuve) y Carlos le dijo que hablase con Emilio Almazora que lo haría campeón.
Hay muchas mas cosas que no debo contar… La última vez que lo vi fue en Lugo subido a la moto de Mella y volando como siempre en un Homenaje que Lugo le hizo a otro grande.
Sigue en su casa de Tiana y ya no espera ningún reconocimiento, estos se hacen en vida y esta convencido que con el pasara lo mismo que con Joan Garriga, protagonista directo de esos años que hoy ya no esta entre nosotros.