M. Recio. suiteinformación.- La faena criminal y cobarde de los asesinos, eufemísticamente llamados terroristas, nos dejó literalmente helados.
La capacidad de superación de esta banda de energúmenos inhumanos sólo puede calcularse con el uso de la inteligencia artificial. ¿Qué ronda por las mentes de los organizadores de tamañas monstruosidades?. Solo provocan dolor y un comprensible rencor y ánimo de venganza.
El jornal de los sicarios, al parecer según sus confesiones, fue de 5.000 euros por barba. Por 20.000 euros de miedo, 137 inocentes desarmados muertos y más de 150 heridos. No alcanza a 70 € por víctima.
Mientras, el zar Putin dispara como un loco enfurecido su verborrea mesiánica, acusando a Ucrania, EEUU y su Cía, la NATO, Carrefour, Mercadona…. El caso es acusar a su conveniencia, atacar y luego ya veremos.
Preocupa que el mundo hoy esté regido por sátrapas sin alma, enemigos de la razón de estado con ética y amor al prójimo, que cuentan sus victorias políticas leyendo las estadísticas de muertos y heridos, que están muy enfermos de ataraxia e insensibles ante su particular juicio final. No temen al fuego eterno porque ellos son los dueños de la leña que más arde y se saben hacedores exitosos del averno en el planeta Tierra.
Faltan líderes, sobran locos exterminadores.
El terrorismo por un lado y el populismo mesiánico por otro, sacralizan la violencia a fin de conseguir lo imposible y detestable para sus mentes enfermas: la paz mundial.
¿Hasta cuando el ser humano permitirá este oprobio? ¿Cuándo la turba silenciosa dejara de apoyar la sinrazón?
Dos no discuten si uno desaparece en extrañas circunstancias, podría ser el lema laboral del déspota.
Cuando la vida de un ser humano no vale nada, un pequeño daño en comparación con la muerte, aún menos.
Las mesnadas del nuevo Zar Putin salieron a la caza de los actores materiales de la masacre. Pronto dieron con ellos y entendieron que la faena había sido importante, por lo que decidieron premiarla con una oreja. Corto reconocimiento a su labor, pues de haber concurrido el presidente, sin dudarlo hubiera sacado los tres pañuelos otorgando las dos orejas… y el rabo. Total…..