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Felipe De Jesús Estrada Ramírez
En Mayo pero de 1921,
la tercia de toreros
resultan heridos
y en la enfermería…
«La Tauromaquia
es la pasión que nos une…»
Hagamos de éste 2022
el año más Taurino
a pesar de las adversidades…
Felipe de Jesús Estrada Ramírez.
Cronista de la Ciudad…
Fue en la vieja plaza de toros de Madrid, era la 7ª corrida de abono Domingo de la Ascensión, esa tarde hicieron el paseíllo Alfonso Cela «Celita», Diego Mazquiarán «Fortuna» y José Gómez Roca «Joseíto de Málaga» quien confirmaba la Alternativa… Sería la mala suerte, el malfarium de la que fue la tarde más triste, una corrida accidentada… Los tres matadores que actuaban en la plaza de Madrid, resultan heridos. En el albero está vivo el tercer toro de la lidia ordinaria que sería a su muerte el último toro antes de la suspensión de la corrida, fue un espectáculo lamentable…
El matador Juan Cecilio «Punteret», tiene que bajar al ruedo desde el tendido para dar muerte al último toro antes de la suspensión de la corrida en el cuarto.
Aquella tarde del 5 de mayo 1921, hubo gran expectación los aficionados llenaron la plaza era la confirmación de la Alternativa, de José Gómez Roca » Joseíto de Málaga». Su padrino fue Alfonso Cela «Celita» recién desembarcado de América y como testigo Diego Mazquiarán «Fortuna», los toros eran de la ganadería de Concha y Sierra y dos sobreros de la dehesa de Surga. No presagiaba nada bueno el que a punto estuvo de suspenderse la corrida por que no hubieran pasado el reconocimiento los seis toros de la ganadería de Concha y Sierra, pero se decidió celebrarla, aunque siguiendo el reglamento debió haber sido suspendida…
Inició la corrida y al primer toro se dio la ceremonia de confirmación de alternativa, » Joselito de Málaga» hizo una meritoria faena de muleta, pero falla en la suerte suprema da un pinchazo y el estoque salió expulsado e hirió al malagueño en un pie…
Por lo que Joseíto de Malaga fue llevado a la enfermería y el padrino «Celita» fue el encargado de matar ese toro. Al salir el segundo toro, sin fuerza y manso, se armó la bronca en los tendidos, pero las protestas del respetable fueron ignoradas por el presidente, aficionados inconformes invadieron el ruedo para impedir la lidia del toro, que perseguía a los aficionados por el ruedo… Para terminar la protesta e invasión el presidente devolvió el toro y salió uno de los sobreros, que le correspondía a «Celita» y en el tercer tercio realizaba el diestro una gran faena de muleta.