REDACCION. Manolo Recio. suiteinformación.- Corría el año 2005. La primavera había eclosionado en la Sierra Norte de Sevilla llenando los campos de esos matices de verde que moteados de malvas, rojos y amarillos provocan un paisaje único.
Me dirigía a Castilblanco de los Arroyos, concretamente a “Los Pilares”, finca propiedad de mi buen amigo José María González de Caldas Méndez, invitado a un tentadero en Valdepotros. Llegué al caserío y entré decidido hasta llegar a la cocina. El ganadero, espumadera en mano, removía las patatas que freía en una sartén de gran tamaño. Nos saludamos y al fondo, sentado a la mesa, delante del ventanal, estaba Dani. Se levantó y se acercó a nosotros. Nos presentó el ganadero diciéndome -“¿Conoces a Dani?” Nos dimos la mano mientras José María comentaba:-“Vas a ver a un tío torear”. Fue la primera vez que vi a Daniel Luque, muy joven y residiendo en el campo, donde se hacen los buenos toreros. Ya ese mismo día, desde un burladero, pude comprobar la madera de la que estaba hecho. Se tentaron cuatro vacas, dos de Castilblanco, murubeñas puras y otras dos de Aldea Quemada de encaste Torrestrella. Daniel estuvo sensacional con las cuatro y ya entonces había ahormado la misma forma de torear que hoy desarrolla. Luquesina incluida. Al día siguiente mató un toro,regalo del ganadero, con más de 500 kg. Era la preparación para doctorarse. Fabricaba y almacenaba ya entonces, ese toreo supremo y rotundo, dueño de las distancias y el temple que hoy despliega por todos los cosos de España, Francia y América. Tomó la alternativa el 24 de mayo de 2.007 en Nimes siendo El Juli su padrino y actuando de testigo Sebastián Castella. Coincidió la alternativa con la Feria de Córdoba, cuya plaza regentaba Taurotoro, SL. Volamos hacia Nimes en vuelo privado desde Córdoba, acompañados de Alejandro Talavante, con fiebre, convaleciente aún de un puntazo que había recibido recientemente y de quien fue su descubridor y apoderado Antonio Corbacho de imperecedero recuerdo. Dani prefirió viajar con su cuadrilla por carretera. Solo habían pasado dos años desde que debutara con picadores en Cortes de la Frontera.
En el espectacular coso romano de Nimes no cabía ni un alfiler. Gran expectación para ver a Julián López “El Juli”, Sebastian Castella y Daniel Luque, quien desde entonces se prodiga con éxito rotundo por todas las plazas del Sur de Francia. En un momento de la faena de muleta a su toro de alternativa, Julian se acercó a José María, junto al que me encontraba en el callejón y comentó: -“Este si va ser matador de toros”. Esta frase del maestro Juli encerraba su total aprobación y a la vez admiración por lo que estaba contemplando. Los toros de El Pilar que conformaban su lote entraron al desolladero con dos orejas menos. Una gran tarde con la que inició su carrera. Solo un año después, el 5 de Junio de 2.008 confirmó la alternativa en Madrid de manos de Javier Conde como padrino y Jose Tomás como testigo. En esa temporada toreó en 38 festejos, cortando 59 orejas y 3 rabos. Hasta la temporada de 2019, Daniel Luque toreó en 427 ocasiones cortando 655 orejas y 36 rabos, con un total de cuatro toros indultados. Magnifica fue la pasada temporada con éxitos importantes. Tiene el cetro en plazas como Dax donde es insustituible.
De aquí nadie se va de vacío y sufrió la muerte de su madre, la madre de su novia, la enfermedad de sarampión que le produjo una incapacidad pulmonar grave, percances, cambios de apoderados y hacerse hombre, sin recordar que un día fue niño. Daniel Luque tiene una acusada personalidad y quien no le conoce y sabe lo que realmente encierra, puede sacar una conclusión equivocada ante sus reacciones. Su éxito viene de la mano de haber aprendido a controlar sus prontos y eso le ha hecho madurar y así lo está expresando a través de un toreo cuajado e inteligente de temple admirable y composición espectacular. Aún permanece en la memoria de los buenos aficionados, la faena en la Feria de Sevilla a su segundo buen toro de El Parralejo. Todo ello es fruto del poder de la mente. Se sigue abriendo ante él un enorme futuro profesional, al recoger el testigo de aquellos grandes que se van yendo. Suerte maestro. Manolo Recio.