La tarde era abúlica y triste sin remisión hasta que David Galván se inventó una faena al cuarto de genuflexa inspiración y bellas trincheras en un aromático toreo por bajo, en un toro que él solo vio y que tuvo una aperrada lidia. En su primero, un toro de desordenada pero alegre movilidad, no acabó de encontrarle el camino.
Álvaro Lorenzo tiene oficio para templar y solucionar problemas pero su pulcra y técnicamente estimable faena al quinto, con buenas series por el izquierdo, no tuvo eco en los tendidos. Lorenzo es un torero frío al que le falta arrebato para crujir y eso le ha pesado en una plaza en la que está muy visto. En el segundo, toro con mucha leña, el toledano dijo poco.
Téllez tuvo todo en contra con un lote imposible. Terminó cogido dos veces y desesperado. Con la espada pasó un calvario.
Corrida muy seria por delante de El Torero, que se dejo pegar y fue pronta y alegre en el caballo pero sin nada relevante. Hubo toros con posibilidades salvo el lote de Téllez.