“Joselito” exigió con doblones iniciales una barbaridad y ya ahí, el toro destapó su buena condición. Un rejón bellísimo de Ventura y a cambiar con torería. Con “Hatillo” se fue siempre de frente -pureza y temple- para quebrar encima del toro dándole todas las ventajas al antagonista. Con él se metió por dentro galopando a dos pistas y cambiando constantemente de costado. Lo hizo recorriendo todo el ruedo y Mérida se caía a tanto rejoneo del bueno. “Nómada” adornó con giros un tercio de banderillas inolvidable. Cuarteo y quebró en un palmo de terreno. “Bronce” hizo la suerte de la reverencia y sin cabezal dejó una banderilla de ensueño. Todo saboreando el toreo a caballo de un genio. Incluso atacó con un bocado al toro, valor y poder del jaco y del torero. “Guadiana” firmó una actuación para enmarcar con un carrusel de cortas al violín y un par a dos manos sensacionales. Rejonazo y descabello.
Morante le soltó unas pinceladas a la verónica al segundo, muy personales y una media largatijera extraordinaria, el animal se partió un pitón y fue devuelto a corrales. Buenas verónicas de Morante al segundo bis, muñecas sueltas y empaque personal. A la postre fue lo más destacado del sevillano puesto que a las primeras de cambio tras pasarlo con la muleta el toro le hizo un feo y desistió pronto. José Antonio abrevió con la tizona que previamente había cogido de inicio.
Dos orejas para Morante ante el cuarto. El cigarrero lanceó con su particular sello de artista aunque esta vez abrió más el capote por la esclavina. Morante dibujó el toreo con sus muñecas al son del temple y la torería. Sus naturales tan lentos como un atardecer y tan profundos como un océano. Sensacional pasaje al torear con la zurda. A diestras, naturalidad y ligazón impregnada con su personalidad arrolladora. El epílogo fue muy personal con un toreo de otra época y cautivador. Estatuarios y un remate de lujo adornado con un molinete gallista. Espadazo y dos orejas.
El tercero de la tarde, que salió en Nuñez, abanto y sin quedarse, fue al final cuajado con poder y gusto por David de Miranda con el capote. Con la seda a la espalda dejó dicho el torero de Trigueros que se presentaba en el coso de San Albin un torero de valor y arte y que con los estatuarios de incio de faena se ganó definitivamente al respetable antes de recetar dos tandas de derechazos de mucha pureza y profundidad. Bordando el toreo. Cuando abrochó la tanda por el más complicado pitón izquierdo con el de pecho, ya Miranda, era el torero de Merida. Actuación contundente y rotunda. El remate pleno de cercanias y verdad, exactamente en el mismo metro cuadrado donde hizo todo el resto de faena, acabó de caldear los ánimos antes de la estocada efectiva. Recetó unas luquesinas muy ajustadas y de verdad.
David de Miranda, al burraco que hizo de sexto lo lanceó con cadencia y gusto por delantales. El áspero toro que nunca acabó de entregarse, hizo que Miranda tuviese que tirar de mucho valor y de temple hasta que acabó por dominar al burel a base de quietud. Miranda derrochó ese don de los elegidos y plantó cara hasta acobardar al cierraplaza. Acabó montándose en lo alto para cortar una oreja que refrendaba el triunfo incontestable de un torero que está llamando a las puertas del gran circuito. Otra lección de querer y poder.
FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros de Mérida. Corrida de toros mixta extraordinaria de primavera.
Entrada: Casi media plaza.
Toros de Los Espartales (1º y 4º) y José Luis Pereda.
- El rejoneador DIEGO VENTURA, ovación y dos orejas.
- MORANTE DE LA PUEBLA, división de opiniones y dos orejas.
- DAVID DE MIRANDA, dos orejas y oreja.
Incidencias: Al término del festejo Marco Pérez y Daniel Trujillo, de la Escuela Taurina de la Diputación de Badajoz, realizarán una clase práctica.