Un 4 de Septiembre, falleció el
ganadero, empresario y apoderado…
«La Tauromaquia
es la pasión que nos une…»
Hagamos de éste 2024
el año más Taurino
a pesar de las adversidades…
Felipe de Jesús Estrada Ramírez.
Cronista de la Ciudad…
(Bibliografía al final del texto)

José Luis Marca había nacido en Zaragoza en el año 1929 y toda su vida estuvo vinculada al mundo de los toros en sus diversas facetas, además de a la hostelería, regentando varios establecimientos muy conocidos en la capital aragonesa. En su juventud, como novillero llegó a torear tres festejos, dándose pronto cuenta de que lo suyo en el toro no era el ruedo y se inclinó por la gestión donde cosechó notables éxitos.
Fue gerente en la plaza de toros de La Misericordia de Zaragoza, a las órdenes de Eduardo Canorea, y después empresario en cosos taurinos como Ejea de los Caballeros, Tarazona, Teruel, Aranda de Duero, Soria o Mérida. En su trayectoria de apoderado, alcanzó gran notoriedad con el fichaje de Paco Ojeda, su yerno, a principios de la década de 1980, cuando gestionó la carrera del sanluqueño los que fueron sus años de máxima figura.
Al mismo tiempo José Luis Marca era el propietario de la ganadería de su mismo nombre, que adquirió en 1974 con origen Domecq. La divisa de sus reses, que pastan en tierras extremeñas, es azul y blanco y la señal hendida y muesca en ambas. También fue el propietario de la divisa Antonia Juliá de Marca, vacada de origen Atanasio de la que se deshizo a principios de la década de 1990 y que vendió a Millares.

José Luis Marca quiso ser torero, pero le bastaron tres festejos como novillero para comprender que el traje de luces no era lo suyo. Usó su natural inteligencia para una pronta retirada y la puso al servicio de su carrera como taurino, en la que destacó como gran figura. Así lo ha reconocido el mundo del toro con motivo de su reciente fallecimiento, acaecido el 4 de septiembre de 2012 en una clínica sevillana, donde estaba ingresado a causa de una dolencia cardiorrespiratoria que padecía desde meses antes.
Tenía 83 años, estaba ya retirado de los despachos y callejones de las plazas, pero su apellido seguía siendo un referente en el taurinismo de los últimos cincuenta años, en el que triunfó de forma indiscutible como apoderado; se ganó un merecido prestigio como ganadero y realizó sus pinitos como empresario.

A José Luis Marca se le reconoce como un personaje singular, especial, irrepetible, único y poseedor de una gran personalidad. Sea como fuere, su trayectoria como apoderado alcanzó la gloria y el respeto en el Mundo Taurino. Aunque sus inicios en la faceta de apoderado fueron con el infortunado Manuel Álvarez El Bala, José Luis Marca dirigió la carrera de varios matadores de toros de verdadero renombre. La experiencia y el prestigio que adquirió apoderando a Ojeda le sirvieron para convertirse en el apoderado de moda al que se rifaban las figuras, tales como Juan Antonio Ruiz, Espartaco, José María Manzanares, El Litri, Finito de Córdoba, Emilio Muñoz y Rafael de Paula, y otros más recientes como Morante de la Puebla, César Jiménez, Miguel Abellán, Matías Tejela y Daniel Luque, que fue el último torero que estuvo a su lado profesionalmente, aunque la relación fue corta y acabó sin avenencia.
Al día siguiente de su fallecimiento fue enterrado en el sevillano cementerio de San Fernando, al lado de inolvidables astros de la tauromaquia de todos los tiempos. José Luis Marca no fue torero, pero alcanzó la gloria terrenal, dinero y prestigio, como taurino de categoría, con las cualidades y defectos de quienes profesan esta vocación, y el reconocimiento unánime por su natural inteligencia, su conocimiento del medio y su contrastada habilidad y capacidad para dirigir las carreras profesionales de algunos de los más reconocidos toreros de las últimas décadas.