Las figuras del escalafón habrán tomado buena nota; de estas de Ibán ni una, que como salgan muchos Bastonitos reencarnados (sin la agresividad del antiguo que encumbró a Rincón, pero conservando la casta y bravura codiciosa del antepasado) nos desmontan el tinglado. Este Bastonito era un toro perfecto para una figura del toreo ambiciosa que quisiera marcar territorio, pero eso es otra historia que a día de hoy no vamos a ver ni a soñar.
Le van a sacudir injustamente y con muy mala leche a Francisco de Manuel, que hizo un gran esfuerzo y hasta planteó bien la batalla, pero no pudo estar a la altura de este Bastonito. Si tiene que lamentarse, y creo que será amargamente consciente de la oportunidad perdida; estos Bastonitos encumbran toreros. En el segundo estuvo decidido pero sin opciones.
Me quedé con una duda que evidentemente no voy a resolver. Barberito, un precioso castaño que hizo tercero, muy bien picado por Juan Francisco Peña, creo que merecía una apuesta hasta donde durará en el centro del anillo pero Alarcón se quedó entre las dos rayas. La gente tomó partido por el toro y eso no ayudó al joven diestro. El sexto deslucido sin posibilidades.
Calita se justificó con un lote que sirvió poco. El mexicano no sumó pero tampoco restó.
La corrida de Ibán, bien presentada pero desigual, fue interesante y variada de comportamientos, apretó e hizo sudar a los toreros de plata y tuvo una pelea meritoria con la caballería. Tardes de estas las que quieran.