Voy tarde, circunstancias mandan. Seria y bien hecha corrida de Victorino Martín, de juego variado y complejo, encastada y brava, fue muy exigente y no regaló nada, maltratada y muy castigada en varas aún tuvo al menos cinco toros con posibilidades. El sexto «Milhijas» fue premiado con la vuelta al ruedo.
A Paco Ureña le costó encontrar el gran pitón izquierdo de noble y justo de fúerzas primero, en un trasteo largo intermitente y voluntarioso. El cuarto salió del caballo sin opciones.
Emilio de Justo no terminó de encajarse con el complicado y exigente segundo, en una faena que cogió cierto vuelo al final. Apostó en el quinto, en una emocionante faena de gran firmeza y buenas series por ambos pitones, rematada de gran espadazo. Oreja de ley.
Borja Jiménez no pudo resolver los problemas del complicado y flojo de manos tercero, que fue rematado de una fea puñalada a los bajos, pero supo estar a la altura del excelente sexto, con una faena rotunda, maciza, de gran expresión y emocionante contenido. Espada efectiva y dos orejas.
Victorino honró a su padre con una importante corrida de toros, la mejor del ciclo madrileño. Borja Jiménez vuelve a triunfar en Las Ventas, compartiendo puerta grande con Victorino. Emilio de Justo mantiene crédito y Paco Ureña lo intenta pero no acaba de encontrarse. Tarde estupenda en la que no se nos durmió nadie en el club. Cuando tenga tiempo y ganas veré el espectáculo marbellí de los discípulos de El Juli.