Manuel Recio Abad. SUITEINFORMACION.- La fiesta nacional de los toros, a menudo polémica, ofrece a los niños y jóvenes una serie de lecciones muy valiosas que pueden contribuir a su educación y ser de gran ayuda cara a su desarrollo personal. A través de la observación y la participación en estas tradiciones culturales, los niños pueden aprender sobre el amor por la naturaleza, la crianza, la entrega, la superación del miedo, la racionalidad y el aprecio por su herencia cultural. Además, es notable cómo cada vez más jóvenes asisten a estos espectáculos, lo que resalta la relevancia continua de esta tradición en la sociedad actual.
Los toros bravos son animales majestuosos que representan la auténtica y más profunda conexión con el entorno natural. Al aprender sobre ellos, los niños pueden desarrollar un respeto y un amor por todas las criaturas vivas. Comprender el papel de los toros en el ecosistema y su cuidado en las ganaderías puede inspirar un sentido de responsabilidad hacia el medio ambiente.
Los toros simbolizan la fuerza y el coraje. También la nobleza, la entrega y nunca rendirse en la pelea. Esa entrega que muestran en el ruedo puede ser un ejemplo para los niños sobre cómo enfrentar desafíos con valentía y determinación. Al igual que aquel que osa desafiarlo. Al observar cómo estos animales se comportan con dignidad, los jóvenes pueden aprender sobre el valor de ser resilientes ante las adversidades. El toro en definitiva es un ejemplo de saber vivir y morir.
La fiesta nacional presenta situaciones que pueden resultar intimidantes tanto para los participantes en las corridas y otros espectáculos que tienen al toro como protagonista, como para los espectadores. A través de la visualización bien explicada de estas experiencias, los niños pueden aprender a enfrentar sus propios miedos en la vida diaria. La superación del miedo es una habilidad fundamental que les ayudará a abordar diferentes situaciones con confianza. A eso se le llama valor consciente. Que gran importancia tiene esa cualidad en el desarrollo de toda una vida. El miedo no superado es causa de multitud de males y tragedias. El arte de lidiar toros no es solo una cuestión de valor y decisión ; también requiere gran cantidad de una técnica depurada, forma física, conocimiento y estrategia. Los niños pueden aprender muchísimo y servirles de ejemplo sobre la importancia del pensamiento racional y la preparación meticulosa al observar cómo los toreros se preparan para sus actuaciones. Esta comprensión puede trasladarse a otras áreas de sus vidas, donde la planificación y la técnica son igualmente esenciales.
Finalmente el hecho de participar en las tradiciones culturales propias, relacionadas con el mundo de los toros, puede fomentar un sentido de identidad nacional en los niños. Algo en absoluto baladí. Al aprender sobre su historia y significado, desarrollan un aprecio por su herencia cultural que les conecta con su comunidad y su país.
En los últimos años, hemos visto un aumento notable en la asistencia de jóvenes a espectáculos taurinos. Esta tendencia refleja no solo un interés renovado por las tradiciones culturales, sino también una búsqueda de experiencias compartidas que promueven valores como el compañerismo y el respeto por las tradiciones ancestrales. La participación activa de este público joven revitalizará sin duda el interés en las corridas de toros, asegurando que estas prácticas continúen siendo relevantes en las generaciones futuras.
Si bien es importante reconocer las diferentes opiniones sobre los espectáculos taurinos, no se puede negar que ofrecen lecciones valiosas de importancia en la formación de los más jóvenes. A través del amor por la naturaleza, el ejemplo de entrega, la superación del miedo, el aprendizaje de técnicas y el aprecio por su cultura, el respeto a la norma, junto con el creciente interés entre el público joven, los niños pueden crecer como individuos más completos y conscientes.