Manuel Recio Abad. suiteinformación.- ¿Cuál es la cumbre de un torero? Aquella donde fija la meta de su profesión. El domingo 25 de agosto en la plaza de toros de Tarifa, con cartel de “no hay billetes” en la taquilla, Manuel Escribano dejó escrita una página más en su hoja de la historia más reciente de la tauromaquia. Quienes contemplamos su actuación durante la lidia y muerte de sus seis oponentes, no tenemos más que rendirnos a la evidencia de que nada puede pedirse, exigirse a un profesional por encima de lo desarrollado en el ruedo por el diestro gerenense. Once orejas y un rabo lo atestiguan.
Celebraba sus 20 años de alternativa, sus 40 de edad y su actual feliz situación sentimental. Todo en uno lo que le convirtió en un ser invencible, un súper hombre, incansable, que le pudo a todos sus toros, en banderillas y en unos últimos tercios llenos de conocimiento y buen hacer.
El primero del hierro de La Palmosilla, de nombre “Navegante”, un toro bravo, pasado de casta, repetidor en todos los tercios, encelado en el peto, con el que anduvo serio y poderoso. Mató de estocada tendida y con un público aún frío la presidencia le concedió una única oreja. El segundo de “El Torero” bravo y noble como pocos y con muchísimo motor, metiendo la cara en los engaños con fijeza. Un toro de indulto. Lo recibió lanceándolo de rodillas, con un buen quite por tafalleras. Supo Escribano cómo había que llevar a “Guisado”,embebido en la muleta consiguiendo varias tandas con ambas manos excelentes. No era fácil templar su embestida, pero lo consiguió. Mató de estocada algo trasera. Dos orejas. Ovación en el arrastre al buen toro de “El Torero”
.En tercer lugar saltó al ruedo “Vivero” con la divisa de “Fuente Ymbro”, bravo en el caballo. Comparte el segundo tercio con Neiro y Robles, cerrando con un par al violín. Variedad en todo momento. La faena de muleta fue asentada, consiguiendo pases de uno en uno de gran estética a un toro que permitió cercanías y al que mató de estocada trasera. Dos orejas. Ovación en el arrastre para este buen toro criado por Ricardo Gallardo.
Carlos Nuñez aportó con el famoso hierro de Rincón a “Soberano” negro al igual que sus correligionarios anteriormente lidiados, distraído de salida, llegó al último tercio reservón y con la cara a media altura. Supo Escribano ahormarlo llevándolo muy toreado, despacio y bien colocado, con un toreo variado y alegre. Conecta bien con el público y más con este de Tarifa. Denota conocimiento y experiencia sobrada para sonreír, incluso en momentos complicados de la lidia. Estocada y otras dos orejas.
En quinto lugar se corrió a “Ganador” de Nuñez del Cuvillo, colorado de capa. Quite por navarras y espaldinas, gran variedad y guerra al aburrimiento. Tras banderillear brindó al maestro de maestros Antonio Ruiz “Espartaco”/ Padre, felizmente recuperado. Inicio de faena de hinojos en los medios y toreo en redondo. Excelentes tandas de naturales con temple y calidad. Pinchazo y estocada. Dos orejas. Ovación para “Ganador” en el arrastre.
Cerraba la tarde un ejemplar de Salvador Gavira. Negro y marca de la casa. Compartió el tercio de banderillas invitando a parear a Provenza y Neiro, adornándose tras el par del matador jugando a tres con el toro. Complicado en el último tercio Escribano supo hacerle su justa lidia, templando la embestida y midiendo las distancias hasta meterse entre los pitones. Naturales soñados. Faena de mérito concluida con pinchazo y estocada. Dos orejas y un rabo de felicitación y reconocimiento, que bien lo merecía.
Tarde de toros para recordar todos, donde Manuel Escribano firmó en el libro del sabor y el recuerdo de los anales de la tauromaquia. Felicidades maestro.