Manuel Recio Abad. Suite Información.- Cuando un profesional se halla en su plenitud casi todo le sale bien. Lo único que debe preocuparle es hacer bien lo que sabe en tiempo y forma. Éxito asegurado.
Alrededor de dos kilómetros y medio han recorrido los aficionados con el de La Puebla del Río a hombros desde la plaza hasta llegar al hotel Wellington rodeado de cientos de aficionados. Todo un recordatorio al ministro Urtasun, que habrá pasado sin pena ni gloria, una vez deje el carguito regalado y así podrá comprobar durante el resto de su vida como toreando se puede pasar mejor a la memoria eterna de un pueblo.
Juan Pedro Domecq transportó desde Lo Alvaro hasta Madrid una bandeja de media docena de pasteles. Solo Morante pudo degustarlos de verdad. En su primero realizó el toreo soñado. Sus lances a la verónica fueron jaleados desde el principio y dejaron entrever la boyantía de un astado que metía la cara con fijeza y ritmo. Como todos sus hermanos cumplió en el caballo humillando, metiendo la cara en los bajos del peto y empujando con los riñones. ¿Alguien oyó golpear un pitón a un estribo?. A eso se le llama bravura. En la faena de muleta el guijarrero no se dejó nada en su particular y exclusivo tintero y dibujó derechazos y naturales de ensueño, muy de cerca y verdad, que pusieron de pie a un respetable que en silencio supo apreciar como es y se realiza un toreo diferente. Mató, tras una faena cuajada de excelentes tandas de derechazos y naturales, de estocada y el público pidió la oreja que el presidente, como siempre ocurre en Madrid, tardo en conceder. Se pidió una segunda pero la capital y sus presidentes son así. Los hay que miran pero no ven. La clamorosa vuelta al ruedo puede pasar a la historia como una en las que más ramos de flores, romero y puros se tiraron desde los tendidos. Muy merecidos. Repitió faena de altos vuelos en su Segundo con remates llenos de garbo y torería, haciendo un toreo templado y llenos de lentitud. Homenajeó al maestro Antonio Ordoñez matando en su rincón. Petición clamorosa del público y otra oreja al esportón.
A Fernando Adrián le tocó un toro de nombre “Pardillo” con el que llevaría años soñando. Lo tuvo todo delante para alcanzar la gloria y al que sólo cortó una oreja por desplegar un toreo vulgar, nervioso, de zapatillazo, más propio para la lidia de toros mansos y abisontados, que para hacerlo ante un toro noble, encastado, con fijeza, bravo y obediente al dictado del matador. Se le vio acelerado y nervioso y eso le impidió hacer el toreo que ayer se exigía, tras la clase magistral que el maestro Morante había desplegado en el primero de la tarde. ¿Nunca van a aprender lo que es el toreo caro, el de verdad?.
Una oreja y ahí terminó todo porque la faena al segundo de su lote, otro gran toro de Juan Pedro, resultó monótona, anodina, con pases sin transmisión, mecánicos, presionando a su oponente que sólo pedía a voces calma y sensibilidad, dulzura en los toques y temple. Mató mal y el público silenció su actuación.
Borja Jiménez llegó, vio e hizo su toreo. El que repite una y otra tarde, de entrega y pundonor, de mano baja y variedad. Su primero acudía al toque al galope y su codicia por coger la muleta le hacía perder las manos, dando sensación de debilidad. Suele ocurrir cuando se dan circunstancias como es el sobrepeso, el trapío mal entendido en kilos de grasa. Cuando Borja se decida a torear más tranquilo, pacífico y queriendo ver que el enemigo del torero es más uno mismo y no el toro, en el que es obligatorio ver a un colaborador necesario, será uno de entre los mejores. Así no se le irían toros al desolladero con las orejas en su sitio. Es un gran matador pero a veces la suerte suprema se le niega. Es cuestión de tiempo y cuajo. Silencio tras las faenas a sus dos astados.
Resumir la tarde de toros de ayer en la Monumental de Las Ventas es difícil. Vuelve la fiesta con ese espectáculo en el que el público se divierte y participa, haciendo de la tauromaquia una de las bellas artes y plantando la semilla de algo tan reconocible como imperecedero.
Gracias a Telemadrid por la retransmisión íntegra de la feria isidril, de lo que debieran tomar buena nota el resto de cadenas autonómicas tan deficitarias como faltas de ideas en sus respectivas y cansinas programaciones.
Enhorabuena a la empresa Simón Casas Production SAS, Nautalia Viajes, S.L, Unión Temporal de Empresas por la organización del ciclo y su éxito con récord en tardes de “No hay billetes”.
Hay tauromaquia para rato y más de la mano de matadores de toros como José Antonio Morante de La Puebla “El Magnífico”