M. Recio. suiteinformación.- Extraordinaria la selecta presentación de los seis ejemplares lidiados en la tercera de abono en la Real Maestranza embarcados por Santiago Domecq. Una completa conjunción de hechuras, casta, nobleza y bravura, elementos de un cóctel que permite a los lidiadores ejecutar las faenas anteriormente soñadas. Lastima que de doce orejas posibles, se mostraran como trofeo solo tres de ellas. Una corrida más apropiada para aquellos diestros que tras la lidia sean más certeros con los estoques.
Destacó el quinto de la tarde al que David de Miranda desorejó ante la incomprensible decisión presidencial de no indultar a un toro que lo merecía y al que negó su vuelta al ruedo como premio. Los súper clase merecen otro trato y más en Sevilla, con media entrada y una importante representación del pueblo nipón. No hay en Sevilla trece mil aficionados para llenar la plaza?. Al menos no se perderá la simiente del bueno de “Tabarro” número 30 y 535 Kg, pues las turmas regresarán a Jerez de la Frontera, a Garcisobaco, la finca ganadera donde pastaba.
El origen de la frase “no hay quinto malo” lo explica Carlos Abella en su libro “Derecho al toro”, de esta escueta manera: «Tiene su origen en la época en la que en las corridas de toros no existía el sorteo de los toros, sino que era el ganadero quien reservaba el de mejor nota y presumible mejor comportamiento para ser lidiado en quinto lugar».
En San Sebastián, el 15 de agosto de 1896, por exigencia de Luis Mazzantini, matador de toros y más tarde al retirarse, relevante político monárquico, se realiza el primer sorteo de los toros de lidia destinados a una corrida de toros, con el objeto de determinar el orden en que serían lidiados y el diestro que le tocaría enfrentarlos.
Amor, trabajo, cultura y amistad se conjugan en la tauromaquia con la misma importancia de otros órdenes en la vida del ganadero. Criar toros bravos y hacerlo bien requiere de barajar bien esas cuatro cualidades.
No se puede restar importancia a los diestros, Garrido, Miranda y Valadéz; cada cual en su estilo han cuajado serios momentos en sus lidias respectivas, sobresaliendo Garrido en el primero de la tarde “Saleroso” número 68 y 512 Kg y David de Miranda en el fantástico quinto. Se silenciaron ambas faenas del diestro mexicano Leo Valadéz.
En resumen , Toros de Santiago Domecq. Con prontitud, fijeza y galope el humillador y entregado primero ; con entrega, humillación y un buen pitón izquierdo, el segundo, con ritmo y profundidad; el tercero manejable, con la cara siempre a media altura y el de menos raza, pero noble y de fácil manejo; cuarto y sexto, nobles y con clase. El quinto excepcional, optando a ser candidato por derecho propio para ser el toro de la feria.
José Garrido, oreja y ovación tras aviso.
David de Miranda, ovación tras aviso y dos orejas.
Leo Valadéz silencio en ambos.
David de Miranda salió a hombros por la Puerta Principal.