“Fiel exponente
del sentimiento y el toreo gitano,
podía tocar el cielo
y rozar el infierno en un instante…”
Hagamos de la
temporada 2024
el Año más Taurino…
«La Tauromaquiaes la pasión que nos une…
Felipe de Jesús Estrada Ramírez
Cronista de la Ciudad.
(Bibliografía al final del texto)
«𝑳𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒏𝒅𝒆 𝒅𝒆 𝒕𝒐𝒓𝒆𝒂𝒓
𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏̃𝒂𝒓 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒆 𝒕𝒐𝒓𝒆𝒂»
Rafael de Paula.
Rafael Soto Moreno, conocido en el Mundo Taurino como Rafael de Paula, nació en el Barrio de Santiago, en Jerez de la Frontera, el 11 de febrero de 1940. Torero de empaque y torería, brindó también muchas tardes de «espantás» y broncas toreras… Sin embargo, siempre se vio limitado físicamente debido a sus rodillas, en las que sufrió más de 10 intervenciones quirúrgicas…
Tomó la alternativa el 9 de septiembre de 1960, en Ronda, de manos de Julio Aparicio y Antonio Ordóñez como testigo, ante Toros del hierro de Atanasio Fernández.

Tuvieron que pasar 14 años como matador de toros para que De Paula pudiera ratificar el doctorado en la Catedral del toreo… Confirmó en Las Ventas de Madrid el 28 de mayo de 1974, Rafael tuvo como padrino a José Luis Galloso y el testigo fue Julio Robles. El toro de la ceremonia se llamó «Andadoso», de la ganadería de José Luis Osborne.
Confirmó en la Plaza Monumental México sin mucha suerte el 21 de enero de 1980, tarde en la que su padrino fue Curro Rivera y el testigo César Pastor, con un encierro del hierro de don Jesús Cabrera.
La faena más importante en la que hizo el paseíllo De Paula, fue la que cuajó en la Plaza de toros de «Vistalegre» de Madrid, en Carabanchel, el 5 de octubre de 1974. De Paula toreó de manera sublime, a tal punto que, aunque falló con la espada, paseó dos orejas ante el júbilo y reconocimiento en los tendidos. Aquella tarde alternó en un cartelazo, con Antonio Bienvenida en su tarde de despedida y Curro Romero.

Otras de sus tardes de gloria fue en Las Ventas de Madrid, el 28 de setiembre de 1987. De aquella tarde en la que Paula no cortó orejas por fallar nuevamente en la suerte suprema; pero dio una clamorosa vuelta al ruedo… Joaquín Vidal escribió lo siguiente en el diario El País:
«El toreo era el arte de dominar al toro, hasta que Rafael de Paula lo convirtió en sinfonía; ayer, en Madrid. Ahora vuelve el toreo a ser el arte de dominar al toro, porque lo de Rafael de Paula, ayer en Madrid, es irrepetible. Las verónicas aleteando el capotillo precioso de vueltas azules -de güerta-jasule-, la media verónica citando de frente, la brega al cuarto toro-torazo sin permitir que nadie interviniera en la lidia, fueron el preludio de la manifestación más sublime del arte de torear. «Nunca el toreo fue tan bello. Jamás el toreo, en las décadas últimas que se recuerdan, alcanzó la grandeza a donde lo llevó Rafael de Paula con su faena de muleta al toro-torazo, cornalón y astifino, que salió, sobrero, en cuarto lugar. Los ayudados por alto, los redondos, las trincheras, los naturales… Sí, el toreo ya inventado, las suertes clásicas. «Pero en la interpretación genial del diestro gitano no surgían de los propios cánones de la tauromaquia sino de otro orden, desconocido, que las convertía en nuevas, y cada pase que desgranaba era una creación exclusiva del arte de torear».
Rafael de Paula toreó su última corrida en su natal Jerez el 18 de mayo de 2000, tarde en la que se arranca la coleta luego de escuchar los tres avisos y verse imposibilitado físicamente para estoquear a sus toros… El 15 de febrero de 2002 fue condecorado con la Medalla al Mérito en las Bellas Artes.
Rafael ha quedado grabado en la historia del toreo. Quizá fueron pocas sus faenas redondas… pero era tal el desahogo espiritual que en ellas se vivía, que pasaron al baúl de lo inolvidable ya que, sin duda, el arte siempre permanece. Torero de valor y sentimiento, pero siempre una figura de polémica, tiene su lugar en la memoria del toreo…



