M. Recio. suiteinformación.- No está mal como slogan publicitario y sólo como tal, el que esta temporada ha puesto en circulación la Empresa Pagés. No deja de ser curioso que en la plaza de toros propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, la histórica Societas Equestris Hispalensis, que desde 1670 se encuentra al servicio de la Corona y en la que S.M. el Rey ejerce como Hermano Mayor, se vaya a dilucidar quién ostentará este año “el trono del toreo”.
Esta plaza emblemática, cuya edificación se inició en 1733 utilizando en sus inicios la madera como material de construcción, está considerada como “la catedral del toreo”.
En su capilla y ante Nuestra Señora de la Caridad irán desfilando uno tras otro los participantes de este torneo que pretende convertir un espectáculo de arte supremo, de exposición y técnica, en un concurso televisivo.
Todos los matadores, sin excepción, merecen ser tratados como seres superiores. Todos superan el miedo con valor y técnica y todos son capaces, por ello se les llaman “maestros”, de cuajar un toro con una faena antológica difícil de olvidar y merecedora de los mayores trofeos. No es necesario convertir una tarde de toros en una competición artificial. Al matador de toros le es innato su afán por ser el mejor, pero siempre en buena lid, con el máximo respeto por los compañeros y terminada la corrida, aquí paz y después gloria. Las orejas en los esportones son el mejor de los reconocimientos.
Las probabilidades se multiplican para los matadores que más faenas realizan. Por ello nunca sería una competición en igualdad de condiciones. Quien lidia diez toros tiene más opciones que quien sólo lo hace con dos oponentes. Es por ello por lo que muestro mi disconformidad ante este invento publicitario que considero inapropiado por parcial y extraño a la Fiesta.
Desde al-Mu‘tamid ‘alà Allah Muhammad ibn ‘Abbad, rey moro fallecido en 1095 y último rey del Reino de Sevilla, aquí sólo ha existido un trono para un solo rey. No todas las creaciones publicitarias son acertadas. El riesgo de la vida no admite aforismos ni concursos. Hoy, Domingo de Resurrección, a las seis y media se inicia una gran temporada taurina en Sevilla. Que Dios reparta suerte.