Manuel Recio Abad. Suite Información.- Si alguien se interesa por un torero de gesta que responde al nombre en los carteles de David de Miranda, encontrará esto:
David Pérez Sánchez conocido artísticamente como David de Miranda, nacido en Trigueros, Huelva, el día 13 de septiembre de 1993; es un torero español que tomó la alternativa en agosto de 2016 en Huelva. Punto y final.
La historia de la tauromaquia está preñada de toreros machos, hombres de valor que protagonizaron muchas tardes de gloria y éxito a base de erizar la piel de quienes tuvieron la suerte de estar ese día en la plaza. Frascuelo, El Espartero…..
Según los anales de la Fiesta, el torero más valiente de la historia fue precisamente un malagueño: Matías Lara Merino, ‘Larita’. Así lo expresaron Corrochano, Cañabate y el mismísimo Juan Belmonte, quien afirmaba que era el único torero que conocía al que no le daban miedo los toros. Ahí es nada y lo exponía todo un Pasmo de Triana. Afirmaba también Belmonte sobre su propia trayectoria, “que él superaba el miedo porque las corridas se firman bastante tiempo antes de torearse. Si se firmaran en el patio de caballos vestido de luces, yo hubiera toreado muy pocas….quizás ninguna”.
Siempre se ha dicho que el primer rabo cortado en España fue para “Larita”. Eso sucedió en la plaza vieja de Jaén el 19 de octubre de 1913 a un novillo llamado “Saladito” y cuentan que cuando le dieron el despojo, como merecido trofeo a su extraordinaria faena, enfadado se lo arrojó al presidente. Una anécdota muy curiosa.
David de Miranda ya fue el triunfador de la Feria en Sevilla. Va dejando muy buen sabor en boca de los aficionados allá donde torea. Está hecho, cuajado y da muestras de un valor excepcional. En Málaga, ante las reses de Victoriano del Rio, componiendo un encierro sin clase, salvando al lidiado en primer lugar por Manuel Escribano, en general fuera de tipo, con peligro…, el onubense estuvo muy por encima de lo que se puede exigir a un matador ante un toro desclasado y riesgoso , su primero, con los pitones a la altura del cuello, que tomaba la muleta sin fijación y a trompicones, parándose en mitad de cada pase, mirón y muy complicado. El público presenció prácticamente toda la faena puesto en pie.
¿Quien no recordó entonces a Paco Ojeda en aquellos arrimones de sus épicas faenas, rozando los pitones con la taleguilla ?.
David de Miranda firmó en La Malagueta dos soberbias faenas de muleta, llenas de pundonor, valor a espuertas e incluso jugándose literalmente la vida y eso debe tener su recompensa.
Sus dos salidas a hombros en Sevilla y Málaga le deberían catapultar a la zona alta del escalafón.