M. Recio. suiteinformación.- Cansado ya de oír que todos somos iguales ante la ley, incrédulo reacciono ante tamaña falsedad demostrándome que no sirvo para parlamentario en absoluto.
En el próximo pleno a celebrar para la aprobación de ese adefesio “impecable” que denominan ley de amnistía, sería llamado al orden por tres veces o más y con toda seguridad sería “invitado” a abandonar el hemiciclo. Expedientado y obligado, por cometer falta muy grave, entregaría mi acta de diputado.
Pero que tranquilo dormiría esa noche después de haberle dicho a Doña Paca lo que pienso de ella y sus palmeros.
Los grupos parlamentarios se componen de hombres y mujeres y como tales tienen el supremo derecho a indignarse ante circunstancias de tan patente gravedad. Tienen derecho a impedir los tejemanejes de quienes no sólo no respetan el ordenamiento vigente sino que además modifican las leyes a su antojo, con tal de conseguir sus fines.
Los grupos parlamentarios del PP y VOX no deberían permanecer impasibles ante estos desmanes. No es sólo cuestión de hablar y votar, más bien de hacer, de actuar, impedir como sea que esta ley se apruebe, porque ahora tienen el respaldo de una gran mayoría de españoles, asombrados unos, asustados otros e indignados todos, ante el lamentable espectáculo que nos ofrecen este gobierno y sus adláteres.
Un error en la declaración del IRPF es detectado, comunicado y sancionado de forma inmediata.
Un impago de IVA o de cuotas a la Seguridad Social, de igual manera, son perseguidos con inusual celo funcionarial allá a donde la vida te lleve.
Pero un chorizo oportunista puede robar a las arcas públicas millones de euros, abrir no se sabe cuántas cuentas en bancos, tener depósitos a plazo fijo, disfrutar sin ocultarse de meretrices y cocaina a granel, pasearse por La Castellana hoy en un Ferrari, mañana en un Porsche 911, hacer viajes por medio mundo, que acomplejarían al mismísimo Willy Fog y …..nadie se entera.
La ministra del ramo mirando al tendido.
Claro que mientras metían sus manos en la hucha estatal, no podíamos salir de casa si no era para sacar el perrito. Hasta se alquilaban canes de compañía para poder airearse dando un corto paseo alrededor de tu domicilio.
La ley de amnistía va a consolidar la desigualdad de los españoles ante la ley penal.
El terrorismo a partir de ahora será clasificado en dos categorías, como el dinero, en A y en B.
¿Se amotinarán en las cárceles quienes cumplen sus condenas cuando comprueben que otros delincuentes, tan condenados como ellos y no por robar gallinas precisamente, son amnistiados? ¿Unos en la calle y otros cumpliendo en centros penitenciarios? ¿Es esa la aplicación del Principio de Igualdad ante la ley que consagra el artículo 14 de la Constitución? “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Apesadumbrados y absortos seguiremos contemplando como nuestra democracia se va tornando en la peor de las dictaduras.