M. Recio. suiteinformación.- El Movimiento 15 M surgido tras las manifestaciones del 15 de mayo de 2011 tuvo un apoyo social desconocido hasta entonces en nuestra nueva etapa democrática. Los españoles, indignados, ocuparon calles y plazas sin conocer aún que parte de los que alentaban la movilización del hartazgo eran lobos disfrazados de ovejas. Aún no se hablaba de antisistemas y Podemos solo estaba en las mentes de quienes afirmaban sin rubor que jamás se constituirían como partido político.
Solo la redacción y firma por los convocantes de un manifiesto hecho público aglutinó a todos quienes pensaban que el gobierno presidido por Rodríguez Zapatero había llegado a su fin por agotamiento, temeridad e ineficacia.
El 17 de enero de 2014, se funda, como no, Podemos por un grupo de profesores expertos en Ciencia Política: Pablo Iglesias Turrion, Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón y Carolina Bescansa entre otros.
Los antisistema, de todo menos del comunismo, lideran desde entonces los restos del 15 M entonando la Internacional puño en alto y alcanzando un gran resultado en las siguientes elecciones generales, consiguiendo la cifra de 5.189.463 votos, un 20,7% y 69 diputados.
A partir de ahí el desastre. Vuelta a los dos Españas como objetivo político, asaltar los cielos y emponzoñar la acción política mediante la provocación continua y el enfrentamiento, de la denominada casta y a la cual no dudaron en sumarse con el paso del tiempo. Integrados en la coalición Sumar en las Elecciones de 2023, tocaron fondo. Solo 5 diputados.
Antes, durante y después de la campaña pasa a liderar la extrema izquierda una abogada laboralista gallega llamada Yolanda Díaz Pérez. Ocupaba la cartera ministerial de Trabajo y Economía Social desde enero de 2020 y además es vicepresidenta tercera de este singular y piripitifláutico gobierno que preside Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
Pero en el fondo es… buena muchacha.
En la página web de la Moncloa, ya formando parte del Gobierno, incluyó su currículum en la web oficial y en él declaró poseer tres máster en Recursos Humanos, Relaciones Laborales y Urbanismo. Después resultó que sólo eran “cursos superiores y de posgrado”.
Modificación con rebaje al canto.
Pero en el fondo es…buena muchacha.
Es la creadora de lo que se ha dado en llamar el “efecto Yolanda”, consistente en dejar de vestirse con la ropa cani de las tendencias filo comunistas y antisistema y adoptar un new look pijo. Para ello plan de adelgazamiento, dejar crecer la melena, cambio de pelo castaño oscuro a rubio y radical renovación de vestuario, abandonando la ropa suelta progre y perdiendo la vergüenza de entrar como clienta en tiendas como Loewe, Zubi, Noon o American Vintage. El hábito no hace a la monja pero en este caso le ha servido para llamar la atención y que muchos compartamos que adorna mejor la Cámara Baja que Pablo Iglesias y su troupe.
Pero en el fondo es…buena muchacha.
Como buena comunista no hace prisioneros en sus batallas de partido o coalición. La lucha por el poder no admite remilgos. Con una sonrisa en la cara y la faca en la liga no ha dudado en ir eliminando a los podemitas que no han sumado, hasta conseguir realizar el encargo de quien le manda: Pedro Sánchez.
Pero en el fondo….es buena muchacha.
Conocidos los resultados definitivos de las Generales de julio, a principios de septiembre, pide prestado el Falcon y vuela hasta Bruselas para cumplimentar la cita previa con Puigdemont. Una vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones reuniéndose con un fugado de la justicia española. Ole!!!.
Pero en el fondo….es buena muchacha.
Lo malo es que en Galicia, su tierra natal, sumar sólo ha obtenido el 2% de los votos quedando como fuerza extraparlamentaria y residual. Seguramente en el noroeste se piense que… no es tan buena muchacha.