El 25 de abril de 1534, hoy hace 488 años, Francisco Pizarro fundó la ciudad de Jauja (Perú), con el nombre de Santa Fe de Hatun Xauxa. Situada en la cabecera norte del Valle del Mantaro, Pizarro aprovechó el amplio y majestuoso valle (el más ancho de toda la Cordillera Andina) y fue la primera capital del Virreinato de Nueva Castilla (Perú).
Durante el dominio inca de la zona, se produjo la masacre del poblado Hatun, que el Inca Pachacútec infligió a los Huancas que se resistían al imperio. El inca ordenó la mutilación de las dos manos a todos los varones y la mutilación de la mano derecha a todas las mujeres. Ese episodio tuvo lugar en la pampa de Maquinhuayo, a escasos cinco kilómetros al sur de la actual ciudad de Jauja. Los Huancas no dudaron en aliarse con los españoles, les proveyeron de comida y soporte militar. Junto con los Chachapoyas, Huaylas y Cañarís, fueron sus más acérrimos aliados. Participaron en el bando español en la toma del Cuzco y en las siguientes batallas contra los rebeldes cuzqueños de Vilcabamba.
Durante el Virreinato, los Huancas fueron reconocidos por la Corona de España por su ayuda y Felipe II les otorgó un blasón en señal de la unión entre ambas naciones. Los curacas y la nobleza huanca recuperaron sus privilegios y el gobierno español mediante Real Cédula prohibió el establecimiento de latifundios en territorio huanca. Jauja, con casi 30.000 habitantes, se encuentra 3.335 metros de altitud y a 266 km de la capital del país, Lima. Es una ciudad tranquila con remanentes de la época incaica y española, en donde se levantan hermosas casonas de paredes gruesas y patios amplios, así como una resplandeciente Plaza de Armas
Fuente: laamericaespanyola.wordpress.com