Ella pervive en un limbo privilegiado, situada en una escala de valores en la que se mide el glamour , la leyenda y la belleza . Garbo es Garbo y con este axioma es inútil preguntarse si era o no una actriz excelente , o si sus películas eran o no destacables objetivamente. La historia de Greta Lovisa Gustafsson , empieza en un clima muy poco glamouroso , en el humilde barrio de Sobermalm , Estocolmo , el 18 de septiembre de (1905).
Una chica de extraña belleza y voz ronca , de familia pobre , que empieza a trabajar en unos grandes almacenes cuando es poco más que una adolescente. Pronto, los ejecutivos de los almacenes la utilizarán como modelo en sus cortos publicitarios. Uno de estos anuncios atrae la atención del director Eric Petschler , que la incorpora a la película: Pedro el Tramposo (Luffar Peter, 1921) y le aconseja entrar en el Teatro Dramático Real de su ciudad. En 1927 , Edmund Goulding la dirige en Anna Karenina (Love), un clásico del cine mudo que años despúes tendría una versión sonora con idéntica protagonista.

En (1928) el gran Victor Sjöstrom , un sueco como ella , la sitúa ya en la categoría de estrella con La mujer divina (The divine woman). Poco tiempo antes , la Metro ya se había cansado de Mauritz Stiller y echó al director sin miramientos. Dos años después Stiller muere en Suecia , lo que significará un momento realmente bajo para una afectada Greta. En 1930 , los carteles publicitarios decian: «¡Garbo habla!». Efectivamente, se estrenaba el primer film sonoro de la actriz , Anna Christie (dirigido por Clarence Brown), adaptación de la obra de Eugene O’Neil que ya había tenido una versión muda y con Garbo en el papel de una mujer de tormentoso pasado que se enamora de un rudo marino. El acontecimiento despertó una expectación inusitada, y la Garbo superó la prueba con nota.
Su transición al sonoro fué ejemplar, lo contrario de muchas otras actrices que se derrumbaron al no acoplarse bien al nuevo sistema , fué este el caso de la supuesta pareja de Garbo durante muchos años , John Gilbert , actor reconocido del cine mudo que se hundió con la llegada del sonoro , cuando se hace evidente su fea voz de pito. Gilbert fué la única pareja más o menos reconocida de la actriz , aunque a nadie se le escapa hoy en día su condición de bisexual.
Greta tuvo relaciones con diversas mujeres, entre ellas la poetisa y aventurera Mercedes Acosta. Siempre inteligente y calculadora , fué lo suficientemente discreta como para no dejar que su condición sexual hundiese su carrera. El sexo en la vida de la Garbo siempre ha sido algo vetado debido a la obsesiva reclusión de la actriz , fuera del sensacionalismo aún cuando millones de personas querían saber hasta el más mínimo detalle de su vida privada. Estuvo con diversas mujeres .
Odiaba las lujosas premiere de estreno , se negaba a firmar autógrafos y vetaba las entrevistas sin que la Metro pudiera decir nada para contradecirla. En 1942, Garbo rueda su último film, La mujer de las dos caras (Two Faced Woman), una comedia ligera dirigida por George Cukor.
Garbo deja pasar la Segunda Guerra Mundial, pensando que volverá al cine cuando las cosas estén más tranquilas, pero lo cierto es que finalmente decide abandonar radicalmente la vida pública y recluirse en un apartamento de Nueva York sin querer saber nada más de Hollywood, la fama o el mundo que la adora.
Tenía tan sólo 36 años, el mundo estaba a sus pies, podría haber dirigido su carrera como hubiera querido , ya había demostrado que era buena actriz y no le faltaba poder para trabajar con el director que le viniese en gana.
Sorprendentemente desapareció por completo del mapa hasta su muerte el 15 de abril de 1990 , en Nueva York. Greta no quiso envejecer en el cine , era mejor que la gente la conservara en su apogeo de deífica belleza , en aquellas películas en las que desde el chico de los cafés hasta el director estaban a su servicio, inmortalizando su figura para toda la eternidad.