👉 Para los parientes de las 70.000 víctimas en los sacrificios de 1486 en Tenochtintlán, Hernán Cortés estaba liberándolos, no conquistando México.
Hoy la evidencia científica es abundante e irrefutable: piedras de sacrificios con restos de hemoglobina, herramientas de obsidiana para esta labor, esqueletos humanos ejecutados por cardioctomía con marcas en la costillas, decapitaciones. Las pruebas que confirman el holocausto azteca son abrumadoras.
Ahora que no se puede negar la existencia de los sacrificios humanos, como sí hizo Bartolomé de las Casas, los predicadores de la Leyenda Negra sostienen que hay que “poner los sacrificios en su contexto». Claro que sí: el contexto es que todos los pueblos oprimidos por los aztecas, a los cuales se les arrebatan sus hijos para ser sacrificados, odiaban a los aztecas y, por ello, con trescientos españoles, conformaron un ejército enorme que logró derrotar el imperialismo azteca y terminar con los sacrificios humanos
En 1486 se dedicó el templo a Huitzilopochtli, los sacrificios duraron varios días y perecieron 70.000 víctimas.
Hernán Cortés emprendió el asalto a la capital azteca, acompañados de 300.000 indios enemigos de los aztecas[ …] Los «negrolegendarios» no reparan cuántos hermanos, hijos y nietos murieron sacrificados esos días. Recordemos que la masacre de Tenochtintlán no fue la única…hasta el ultimo días antes de fin de su existencia, los aztecas siguieron sacrificados[…] para los parientes de esas 70 mil victimas, Cortés no estaba conquistando, sino liberando a México de la más terrorífica dominación que haya existido en la historia.
[Con razón cuando AMLO escribió al Rey de España una carta exigiendo el perdón, los indígenas le dijeron públicamente que antes tenían que perdir perdón los gobiernos mexicanos. Entre 1486 y el siglo XIX, los indígenas han sufrido genocidios crueles].
FUENTE: Páginas 144 y 145 de Madre Patria. MARCELO GULLO. Editorial Siglo XXI, Madrid, 2021.