De media, los hombres disfrutan 12 semanas -las seis primeras, obligatorias- a la vez que la madre
- Más de la mitad de los padres fraccionan las 16 semanas para alargar el tiempo del bebé con sus progenitores
Casi todos los padres disfrutan a día de hoy de las 16 semanas de paternidad en España cuando nace su bebé, pero apenas la mitad (52%) fracciona este permiso, lo que permite que el bebé esté más tiempo en casa con uno de sus progenitores. En su conjunto, los padres suelen coger de promedio 12 de sus 16 semanas -el 75% del total del permiso- mientras la madre está también disfrutando de la maternidad. Estas son las principales conclusiones del estudio ¿Qué sabemos sobre el uso de los permisos de paternidad en España?, publicado este martes por el think tank Centro de Políticas Económicas de EsadeEcPol.
Cuando en España se comenzó a aumentar el permiso de paternidad hasta igualarlo a las 16 semanas de maternidad en 2021, la duda era si los hombres lo cogerían íntegro o si no asumirían esta responsabilidad. Tres años después de la equiparación total, el análisis de los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) revela que los padres «han reaccionado disfrutando de casi la totalidad de las semanas disponibles», según las investigadoras del estudio. Destacan, además, que España es el país de la OCDE con más semanas de permiso exclusivo para los hombres, aunque baja a novena posición si se tiene en cuenta el número total de semanas de permisos retribuidos disponibles para que se hagan cargo del hijo.
El permiso de paternidad -inexistente antes de 2007- pasó de dos semanas a cuatro en 2017 para ir subiendo progresivamente hasta las 16 semanas en 2021. A partir de julio de 2018, cuando todavía el permiso era de cinco semanas, se introdujo la posibilidad de fraccionarlo. Desde entonces, ha habido «un incremento sostenido» de los hombres que optan por dividirlo hasta alcanzar el 52% en enero de 2022, frente a menos del 5% de las madres que lo han partido en todo este tiempo.
En abril de 2019, poco más del 20% de los hombres fraccionaba el permiso. «Estos datos sugieren que, a medida que los permisos de paternidad se van popularizando y las familias entienden su funcionamiento, más hogares se acogen a la posibilidad de fraccionar el permiso de paternidad para alargar así el número total de semanas que alguno de los progenitores puede estar en casa con el menor», añade el análisis de EsadeEcPol.
Siete semanas nada más nacer
Lo más habitual, revela el estudio, es que los padres que fraccionan opten por un periodo inicial de unas siete semanas junto a la madre -el disfrute de las seis primeras semanas es obligatorio para ambos progenitores- y luego “periodos sucesivos que acostumbran a disfrutar una vez finalizado el permiso de maternidad”. Esto aumenta el tiempo que el bebé puede estar en casa con al menos uno de sus progenitores a cargo de él sin trabajar.
Si no se tiene en cuenta solo el periodo inicial, lo que se observa en estos padres que sí fraccionan es que de media suelen coincidir ocho semanas con las madres y las otras ocho las cogen después.
El 75% del permiso todavía se solapa con el de la madre
Sin embargo, observando al conjunto de los padres -los que fraccionan y los que no- los padres suelen disfrutar de promedio 12 de sus 16 semanas [el 75% del permiso] a la vez que la madre aunque no se cojan esos tres meses seguidos. Ese es uno de los principales hallazgos del análisis de los datos facilitados a EsadeEcPol por el INSS y la Tesorería de la Seguridad Social sobre los permisos de maternidad y paternidad de enero de 2016 a marzo de 2019 y del subsidio por Nacimiento y Cuidado del Menor -como pasaron a llamarse los permisos de maternidad y paternidad- desde abril de 2019 a enero de 2022.
«Aunque existe evidencia de que la presencia del padre en casa los primeros meses después del parto pueden tener efectos positivos para la salud de la madre, esta tendencia también puede limitar el efecto positivo de la política en aumentar la involucración del padre en el cuidado de los menores», concluyen las investigadoras.
Claudia Hupkau, profesora asociada de la Universidad CUNEF y autora de la investigación, explica que los datos les han «sorprendido» porque se esperaban más «variabilidad» porque lo que habían visto en el entorno cuando se aprobó la ley que equiparaba los permisos eran hombres que decían ‘yo seré responsable y no me cogeré tanta baja’. En cambio, señala esta investigadora, se han encontrado con que el «promedio» de las semanas que disfrutan los hombres está «casi al máximo». La duración del permiso de paternidad para bebés nacidos en enero de 2022 fue de 15,34 semanas.
Intransferible, con periodo obligatorio y retribuido
Detrás de que los hombres españoles están disfrutando casi al máximo de las 16 semanas hay tres factores: que sean intransferibles -no se las pueden pasar a la madre-; que las seis primeras semanas sean obligatorias; y que estén retribuidas al 100% del salario y exentas de IRPF.
«Los permisos de paternidad han sido un éxito en cuanto a su aceptación por la amplia mayoría de la sociedad, como bien sugieren los datos de su utilización. Además, comparando la evidencia existente a nivel internacional, sugerimos que una parte importante de este éxito estaría vinculada al sistema de incentivos establecidos en la ley y que tienen que ver con su periodo inicial de obligatoriedad, la exclusividad de las semanas disponibles únicamente para el padre, y la generosa cuantía del subsidio», resume el estudio.
«La obligatoriedad de las primeras semanas es uno de los puntos que lo explican, pero pensábamos que íbamos a ver muchos padres que se cogían las seis semanas iniciales y luego nada. Así que pensamos en qué más podía estar detrás», explica Claudia Hupkau, que apunta al factor económico. «Es un permiso que está muy generosamente remunerado. Como está exento de IRPF tú tienes un ingreso mayor que si trabajas normal. Eso puede ser un punto racional y económico”, desarrolla Hupkau.
Diferencias marcadas por la economía
El estudio también analiza el permiso de paternidad por comunidades autónomas y sectores. En el caso de la duración media no hay grandes diferencias entre territorios: la diferencia entre los hombres que menos semanas disfrutan (los extremeños que cogen 15 semanas) y los que más (los riojanos, con 15,7 semanas) es inferior a una semana. Sí hay diferencias, en cambio, en sí este permiso se fracciona o no.
Como puede verse en el gráfico, Canarias, Andalucía y Extremadura están a la cola de los padres que fraccionan el permiso, mientras que en Navarra, La Rioja, Aragón y el País Vasco es donde más se dividen estas semanas.
La investigación señala que estas diferencias pueden estar relacionadas con el peso de los sectores económicos en cada uno de los territorios teniendo en cuenta «los sectores con menor nivel de fraccionamiento de permisos de paternidad son la hostelería y la agricultura, sectores que tienen un peso importante en Andalucía o Canarias».
En el extremo contrario están los padres que más fraccionan, aquellos que se dedican al sector de la información y comunicación, las actividades profesionales y científicas y las actividades financieras. En estos sectores, más del 70% de los padres dividen su permiso de paternidad en varios periodos.
Si se atiende a la duración de los permisos, los padres que menos semanas disfrutan de media (14 de media en lugar de 16) son los que se dedican a las industrias extractivas, es decir, la minería, seguidos de los que trabajan en el sector primario.
Las autoras creen que es necesario investigar más para evaluar el impacto de los permisos de paternidad ya que la evidencia científica que existe hasta ahora «apunta a resultados contradictorios» en cuanto al impacto sobre la brecha de género en el mercado laboral aunque varios estudios han encontrado un aumento de la implicación de los progenitores varones en los cuidados.
Hupkau señala que, aunque no se estén encontrando los «efectos positivos» esperados en algunos estudios, hay que tener en cuenta que estos análisis «comparan padres muy cercanos al cambio de la ley». «Las normas sociales evolucionan muy lentamente», por lo que “hay esperanza en que vaya a tener un impacto en la sociedad aunque no se vea inmediatamente”.