- Accedió a la junta directiva en 1992 y un año después se convirtió en máximo accionista
- Fue presidente durante una década (1996-2006) y acabó en el banquillo por la venta de sus acciones
El empresario Manuel Ruiz de Lopera, expresidente del Real Betis, ha muerto a los 79 años tras una serie de complicaciones de salud por problemas digestivos. Lopera ha fallecido tras no superar los últimos problemas médicos, que le provocaron el pasado 5 de enero el ingreso en la UCI de la clínica Santa Isabel de Sevilla por una dolencia intestinal crónica, de las que ya fue intervenido en 2017.
En su etapa ligada al club verdiblanco estuvo una década al frente en la presidencia, alternando el cargo con el de consejero delegado al ser máximo accionista hasta 2010. Acabó inmerso en un largo proceso judicial que se resolvió a finales del año pasado.
Nacido el 13 de agosto de 1944 en Sevilla, Lopera llegó a la junta directiva del Betis en 1991 como vicepresidente y se convirtió en máximo accionista un año después. Como presidente, su mandato se extendió de 1996 a 2006 y se hizo famoso por su carácter estrafalario. Bajo su mandato se materializó el fichaje más caro de la historia del club verdiblanco, el del brasileño Denilson por 30 millones de euros al cambio actual. Otra de las anécdotas que dejó el empresario fue ‘colar’ la Copa del Rey lograda en 2005 por el Betis en la boda de su futbolista estrella, Joaquín Sánchez, con Susana Saborido.
Lopera alternó la presidencia con el cargo de consejero delegado, como máximo accionista. Pero su gestión estuvo bajo sospecha a raíz de las denuncias de una parte del accionariado. Atenazado por los problemas judiciales, incluyendo una condena en 2006 por un delito contra la Hacienda Pública, el empresario sevillano vendió su participación en el club al grupo de Luis Oliver. Eso no evitó que se sentara en el banquillo en 2017, acusado de apropiación indebida en la venta de las acciones. El proceso concluyó el pasado noviembre de manera satisfactoria para Lopera, aunque entonces empezaron los problemas de salud.
Bagaje deportivo relativo, éxito mediático
Con esa Copa (2005) y una clasificación para la Champions League al año siguiente como únicos bagajes deportivos, el mandato de Lopera pasó más a la historia por su carácter personal, dejando varias anécdotas para el recuerdo. Una de ellas fue tras uno de los dos ascensos que tuvo que vivir el Betis, en 1994, dando un surrealista discurso desde el balcón del Villamarín diciendo «¡Estábamos en la UVI!«.
Sonados fueron sus enfrentamientos con el eterno rival, el Sevilla, en la persona del entonces presidente Luis Cuervas, al que acusó en una tertulia radiofónica previa a un derbi de ir «cargado de whisky», o poner su busto en el palco presidencial detrás del asiento que debía ocupar otro presidente sevillista, José María del Nido.
La boda de Joaquín fue una muestra del cariño casi paternal que tenía hacia el excapitán verdiblanco. Sin embargo, no todo fueron mieles en la relación entre ambos como recientemente ha desvelado el propio exfutbolista. En una ocasión amenazó con ejecutar una cláusula que le permitía vender al gaditano al Albacete, entonces en Segunda. Fue cuando Joaquín le comunicó su deseo de fichar por el Valencia. En otra ocasión le espetó que saliera menos porque le había puesto un detective privado y este se quejó de no ver a su familia en cinco días. Pero, sin duda, la más conocida fue la que implicó a Joaquín y a varios miembros de la plantilla en ‘Halloween’ de 2001, cuando se presentó junto al técnico Juande Ramos para poner fin a la fiesta que se había organizado en casa de Benjamín Zarandona, entonces en el equipo.